El Banco de España exige que se aceleren las reformas laborales
El Banco de España lanzó ayer una llamada de atención a la política económica del Gobierno, sobre todo la referente al mercado de trabajo.
La autoridad monetaria avisa de la necesidad de continuar con las reformas laborales emprendidas en los últimos años para seguir incentivando una 'búsqueda más activa' de un puesto de trabajo por parte de las personas desempleadas.
Pone como ejemplo de los pasos a seguir la reforma en la protección por desempleo, que desencadenó en una huelga general convocada por los sindicatos el 20 de junio y provocó la marcha atrás de buena parte de los planteamientos iniciales del Ejecutivo.
El retraso o la marcha atrás en el planteamiento de las reformas origina serias dificultades y vicios en el sistema. Entre ellas, el banco destaca la elevada rotación en los contratos temporales, que ha seguido produciéndose en todo 2002, y un 'cierto agotamiento' en la reducción del desempleo de larga duración.
Respecto a este último punto, destaca el aumento trimestral (del 36,6% al 38,1%) del paro de larga duración producido en otoño pasado, según la última encuesta de población activa (EPA), hecho que no se producía desde el tercer trimestre de 1997.
A su juicio, todas estas circunstancias provocan una resistencia a la baja de la tasa de paro de carácter estructural.
La tarea que queda por delante es continuar con el camino ya andado. El Banco de España destaca como aspecto positivo en los últimos años los menores costes de despido de los nuevos contratos indefinidos de fomento y las bonificaciones al empleo en las cotizaciones a la Seguridad Social.
Menos temporalidad
Con todo, el banco avisa de que los progresos en 2002 en la ratio de temporalidad no son suficientes. Actualmente el 31% de los contratos tienen carácter temporal. Entre los más jóvenes, esta ratio es aún mayor, alcanza el 50% (la mitad de la población activa), frente al 24,7% de los adultos y el 14,1% de los más mayores.
Otro aspecto a mejorar es el número de contratos a tiempo parcial, una figura de gran éxito en países como Holanda, pero que no acaba de calar en España. En 2002 las ratios de 'parcialidad' se mantuvieron prácticamente inalterada, en el 2,5% en el caso de los hombres y en el 17% entre las mujeres.