La junta votará dos fórmulas para retribuir a los accionistas
La suma de pérdidas récord y tres años consecutivos de caída bursátil han llevado a Telefónica a modificar su política de retribución al accionista. Después de nueve ampliaciones de capital gratuitas, los socios de la operadora aprobarán en la junta general del próximo 11 de abril un cambio radical: no sólo se recupera el dividendo, sino que también se amortizará un 2% del capital que Telefónica tiene en autocartera.
Puesto que la operadora cuenta con 4.860,7 millones de acciones -no hay fecha para la amortización- y que el dividendo aprobado asciende a 0,25 euros por título, Telefónica tendrá que desembolsar 1.215 millones de euros. Y este pago tiene una doble significación. Supone un premio para los accionistas, pero, sobre todo, pretende ser la demostración de la salud financiera de la compañía, pese a las pérdidas.
Este desembolso, de hecho, supondría un pay-out -porcentaje del beneficio que se destina a dividendo- del 63% sobre el resultado positivo de 1.916,2 millones que la operadora dice que tendría al descontar extraordinarios y el impacto de Argentina.
Además del dividendo, Telefónica se ha gastado más de 1.070 millones de euros en comprar acciones propias, hasta el 1,89% del capital, que serán amortizadas para dar mayor valor a los títulos que están en manos de los accionistas. Al desembolso que ha supuesto su compra, hay que unir las provisiones que sistemáticamente ha tenido que hacer la operadora para cubrir el desfase entre el precio medio de adquisición -11,65 euros- y el de cotización -Telefónica cerró ayer a 8,70 euros, tras subir un 1,05%-.
Para hacer posibles estos pagos, Telefónica ha echado mano de todo lo posible, incluidas las ventas de activos que considera no estratégicos. Uno de ellos son los inmuebles, que llevan años con el cartel de se vende, pero que sólo ahora se están colocando. La operadora ya ha cedido 19 y está muy cerca de cerrar la desinversión de otros cuatro, por un importe total de 309 millones.