Las Administraciones públicas rozan el equilibrio por segundo año consecutivo
Las Administraciones públicas mantuvieron el año pasado el rigor presupuestario de ejercicios anteriores. El dato de cierre lo ofreció ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. El déficit público en términos de Contabilidad Nacional (computa ingresos y gastos cuanto se devengan) se situó en el 0,07% del PIB en 2002, ligeramente por debajo de la cifra anunciada a final de año por el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, y similar a dato de 2001, en el que se cerró con un desfase negativo del 0,12%.
Montoro calificó este déficit como 'equilibrio técnico', mucho más si se tiene en cuenta que 0,04 puntos de PIB (264 millones de euros) se deben a los gastos extraordinarios en que se incurrió para paliar los primeros efectos de la marea negra provocada por el petrolero Prestige.
Al margen de las décimas, lo que resalta es que en 2002 se consiguió repetir el dato (un déficit del 0,1%) con un menor crecimiento económico (2%) que en 2001 (2,7%) y con una peor coyuntura económica internacional. De hecho, la previsión que maneja la Comisión Europea pasa por un déficit para el conjunto de la zona euro del 2,3%, con países como Alemania y Portugal habiendo superado claramente el límite impuesto por el Pacto de Estabilidad (3%) y otros (Francia, Italia) rozando ese límite.
Montoro apostó ayer por mantener el equilibrio presupuestario como punto de vista de referencia para los próximos ejercicios, en contra de la opinión de otros socios comunitarios como Francia, partidarios de políticas fiscales expansionistas ante el riesgo de una crisis económica. El Gobierno galo ya ha anunciado que no recortará gastos aunque no logre controlar el déficit por encima de lo permitido por Bruselas, asunto que pone en entredicho aún más el futuro del Pacto de Estabilidad.
Comunidades
La ligera reducción del déficit público anunciada por Montoro con respecto a la hecha pública por Rato tiene su origen en la revisión metodológica de última hora que ha hecho el Ministerio de Hacienda, aplicando los últimos criterios contables (registro de ingresos según la SEC-95) de Eurostat. Ello ha permitido reducir, en parte, el desfase negativo de las comunidades autónomas, que han cerrado con un déficit del 0,3% del PIB (se esperaba un 0,4%), y por debajo del 0,5% cosechado en 2001.
En esta línea, ha pesado la decisión de Eurostat de no computar como déficit la deuda acumulada por la empresa pública Mintra, dedicada a la construcción de infraestructuras ferroviarias (metro) para el Gobierno regional de Madrid. Ello ha aligerado considerablemente el déficit de la comunidad autónoma y, con ello, el global de las Administraciones territoriales.
Los cambios metodológicos han provocado también revisiones en las cifras de años anteriores. Así, se eleva el déficit público registrado en 1998 (del 2,7% al 3%) y en 1999 (del 1,1% al 1,2%). Las revisiones de Eurostat, aunque periódicas, han provocado las críticas de varios partidos políticos como el PSOE, que acusan al Gobierno de utilizar este método para modificar los datos de un ejercicio una vez que han transcurrido dos o tres años, pasando con ello de forma inadvertida. Si se analizan las finanzas públicas en 2002 por subsectores, los resultados son muy parecidos a los obtenidos en 2001.
En 2002, la Seguridad Social volvió a ser la única Administración pública que alcanzó superávit. Su excedente, del 0,70% del PIB ( gracias al incremento del número de afiliaciones), compensó el déficit del Estado y sus organismos autónomos (0,47%), al igual que años anteriores, con lo que las Administraciones centrales (Estado y Seguridad Social) registraron, en su conjunto, un superávit del 0,23% del PIB. El subsector Estado, analizado de forma individual, mantuvo su déficit alrededor de los 33.000 millones de euros, incluidos los gastos extraordinarios por el Prestige.
Los recursos generados (ingresos) por todas las Administraciones públicas (Estado, Seguridad, Social y entes territoriales) sumaron 279.131 millones de euros en 2002, mientras que los empleos (gastos) totalizaron 279.597 millones, lo que genera una necesidad de financiación de 466 millones de euros. El superávit primario (saldo total menos el pago por intereses de la deuda) superó los 19.300 millones, el 2,8% del PIB.
Para este año, Hacienda sigue aspirando a lograr el déficit cero. Pero se ciernen negros nubarrones. Montoro ya advirtió de la enorme incertidumbre que pesa sobre las finanzas públicas. A los gastos generados por el Prestige (aún sin cuantificar para este año), se une la evolución económica de los principales socios comunitarios y el efecto sobre la economía mundial de un conflicto bélico en Irak.
La prima fiscal eleva un 24% la recaudación por sociedades
Los ingresos tributarios resistieron en 2002 el menor vigor económico, al crecer un 7%, por encima del aumento del PIB (2%). Uno de los comportamientos más favorables fue el de la recaudación por el impuesto de sociedades, que aumentó de forma espectacular, un 24,3%, superando con creces los 18.000 millones de euros. La razón estriba, fundamentalmente, en el cambio de legislación fiscal operado a finales de 2001, por el que se permitía a las empresas aflorar plusvalías latentes a cambio de reinvertirlas, tributando sólo un 18% (el tipo estaba situado en 2001 en el 35%). Este cambio legal provocó que, a lo largo del año, las empresas decidieran rebañar las plusvalías que aún no habían aflorado para hacerlas efectivas cuanto antes y así sumarse a los beneficios fiscales implícitos. Pan para hoy y hambre para mañana, según reconocen algunos fiscalistas, ya que lo que ello provoca es adelantar temporalmente para el fisco una recaudación que, tarde o temprano, se va a producir. Para este año, Hacienda espera seguir cosechando ingresos extraordinarios por esta vía. Quedan aún plusvalías de ejercicios anteriores y el nuevo IRPF ha incorporado nuevas modificaciones por los que las plusvalías reinvertidas ya sólo tributarán al 15%. El comportamiento de otros impuestos también ha sido favorable. Por IRPF, se ha recaudado un 7,1% más, por encima de 37.000 millones de euros. Por IVA, se ha ingresado un 6,4% más. En cambio, por impuestos especiales (entre ellos los aplicados a los hidrocarburos, la cerveza, el tabaco y el alcohol), los ingresos han caído un 3%. El Ministerio de Hacienda aún no tiene datos de los dos primeros meses de 2003. El Gobierno espera que, si la economía repunta (como hizo en el cuarto trimestre de 2002), se puedan mantener tasas de crecimiento en los ingresos tributarios similares a las de 2002.