Telefónica Móviles paga los excesos del UMTS, pero refuerza su negocio
La incursión de Telefónica Móviles en Europa a través de la adquisición de licencias de telefonía celular de tercera generación UMTS puede resumirse en una cifra: 3.724 millones de euros de pérdidas. Y este número es el que marca el signo de los resultados del año en que se puso fin a una expansión que se inició recién llegado César Alierta a la presidencia del grupo, en verano de 2000, y que se liquidó ante la falta de expectativas de rentabilidad y la elevada necesidad de inversiones, después de haber pagado por ello más de 6.000 millones.
La decisión de la operadora de sanear los negocios en Alemania, Austria, Suiza e Italia ha requerido provisiones brutas de 11.929 millones de euros, de las que 4.198 millones son imputables a sus socios en estos proyectos y se recuperan por la vía de los minoritarios. La mayor parte de estos cargos fueron anunciados ya en el segundo trimestre del año, pero, dada la situación, Móviles ha decidido aprovechar el momento y extremar la limpieza.
A cierre de año, por tanto, ha contabilizado 148 millones netos más para dejar a cero el valor en libros de su participación en Alemania, Austria y Suiza. En Italia han sido más generosos y la han dejado en 300 millones. La compañía ha querido dejar claro que este saneamiento no significa renunciar a vender las licencias de UMTS y recaudar dinero con ellas. La intención se mantiene, pero se ha decidido a ajustar el valor a las oportunidades que, hoy por hoy, deja la regulación. Y sólo en Italia se respira un optimismo inmediato en este campo.
Y puesto que el daño ya estaba hecho, Telefónica Móviles ha optado también por limpiar el fondo de comercio deteriorado de Terra Mobile, después del proceso de reestructuración sufrido por el portal móvil y que ha dejado sus actividades reducidas a España. El cargo asciende a 154 millones brutos.
La buena noticia es que estas provisiones han generado un escudo fiscal que durará unos años. Así, gran parte de las pérdidas de 2002 se recuperarán en ejercicios venideros, gracias a un crédito fiscal que suma 2.130,8 millones y que ha permitido reducir los números rojos. Pese a la rebaja, las pérdidas son las mayores de una empresa cotizada española en la historia. Con todo, Telefónica Móviles será destronada pronto, concretamente, dentro de una semana, cuando su matriz publique cuentas.
Negocio recurrente
Pero estos resultados -la mayor parte- estaban descontados ya desde julio, cuando la operadora anunció la gran reestructuración de su negocio europeo, y tanto analistas como inversores estaban más pendientes de los datos operativos que de la última línea de la cuenta de pérdidas y ganancias. En este aspecto, no hay discusión; la telefonía celular sigue siendo un gran negocio. 'Si se eliminan los extraordinarios, los resultados son buenos y los márgenes también -explica Miguel Jiménez, analista de Renta 4-. Han demostrado que en España son muy eficientes'.
Tanto en el acumulado del año como en el cuarto trimestre, el negocio español ha sido el motor del crecimiento de los resultados y de la generación de caja. Telefónica Móviles España aporta el 74% de los ingresos del grupo y el 93% del Ebitda, así que cualquier cambio en su evolución marca tendencia en el consolidado. No ha habido variaciones, la filial española ha mantenido el camino ascendente y ha demostrado los resultados de centrarse en rentabilizar los clientes que ya se tienen, antes que lanzarse a la captación de otros nuevos con menor consumo.
Los márgenes hablan por sí mismos. Telefónica Móviles España elevó su margen de Ebitda (diferencia entre ingresos y gastos) al 51,6% en el conjunto del año y al 50,7% en el cuarto trimestre, gracias al crecimiento del 23,9% del resultado bruto de explotación del año pasado, superior al alza del 18% en la facturación.
En Latinoamérica, mientras tanto, la operadora ha tenido que poner en marcha un drástico plan de recorte de costes para intentar compensar la caída de las divisas y el descenso del consumo. Aun así, los resultados distan mucho de ser satisfactorios, hasta el punto de que el crecimiento de España en el cuarto trimestre queda prácticamente neutralizado en la facturación consolidada del grupo por la caída de los ingresos al otro lado del Atlántico. El culpable, el real brasileño, sobre todo, pero también la incorporación de la mexicana Pegaso a las cuentas, por la aportación de un Ebitda negativo superior al previsto.
La crisis argentina ha seguido pasando factura a los resultados, tanto desde el punto de vista operativo como de activos. El impacto en los resultados de la devaluación del peso asciende a 36,7 millones, mientras que otros 138,8 millones se han contabilizado contra el balance.
La única preocupación de los analistas es que el crecimiento de España tiene fecha de caducidad y, si Latinoamérica no se recupera, los próximos años pueden ser más difíciles.
Hasta que llegue ese momento, sin embargo, Telefónica Móviles sigue demostrando su capacidad de generar flujo de caja consolidado, que en 2002 ascendió a 1.805 millones de euros, un 134% más. El beneficio neto, descontados los saneamientos del UMTS y otras partidas extraordinarias, también ha mostrado su solidez. Y la operadora ha querido hacer patentes estas fortalezas anunciando el primer dividendo de su historia.
Los números rojos benefician a los accionistas
Las pérdidas registradas por Telefónica Móviles van a tener, curiosamente, un lado beneficioso para los accionistas. La operadora ha decidido proponer a la junta, que se celebrará el 1 de abril, el primer dividendo de su historia, que ascenderá a 0,175 euros por acción y se repartirá en junio. Móviles quiere pagar esta remuneración con cargo a los resultados de 2002 y, puesto que lo que hay son números rojos, ha tenido que apelar a las reservas por prima de emisión. La parte positiva es que, a diferencia del dividendo, esta fórmula de retribución al accionista está exenta de retención y de tributación. Aunque el tratamiento fiscal que se da en España a los dividendos puede ser incluso beneficioso para el contribuyente con menor renta, a otros les perjudica y, en cualquier caso, se simplifican los trámites. El primer dividendo de Telefónica Móviles supondrá un desembolso para la operadora de 757,7 millones de euros y el 92,43% de él irá a parar a las arcas de su matriz y principal accionista. Más de 700 millones, por tanto, serán para Telefónica. Pero no será el último pago. Fuentes de la operadora aseguraron ayer que su intención es mantener los desembolsos en el futuro, sin por ello descuidar la reducción de deuda. Tampoco han renunciado a seguir explorando nuevas oportunidades de inversión si se presenta la posibilidad, ya sea en empresas como en tecnología. Telefónica Móviles también propondrá a la junta cambios en la política de retribución de sus consejeros. El grupo Telefónica ha decidido concentrar las reuniones anuales con accionistas de todas sus filiales en pocas semanas. Aunque la fecha de la junta de Telefónica todavía no se ha fijado, se prevé que sea antes de Semana Santa, de forma que la temporada de asambleas empiece con la cita de TPI, a mediados de marzo, y termine con la cabecera del grupo.