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Ferias

Arco 2003 eleva su listón de calidad

Los más importantes galeristas suizos invitados han traído obras de Matisse, Giacometti, Calder, Paul Klee o Picasso a una de las grandes ferias de arte del mundo

De 'muy viva y magnífica en cuanto a calidad', calificaba el galerista Daniel Lelong (con sedes en Zúrich, París y Nueva York) la XXII edición de Arco que acoge un total de 279 galerías procedentes de 28 países. Lelong, que lleva viniendo a esta cita madrileña casi 20 años y es miembro del comité organizador, cree que Arco es hoy una de las grandes ferias del mundo con un nivel de calidad excepcional. En su stand, obras de Tàpies (La grande baignoire cuesta 500.000 euros), Saura (350.000 euros) y Sean Scully (110.000 euros). Todo un despliegue que compite con la oferta del resto de galerías instaladas en ese pabellón 7, que reúne lo más clásico y selecto de la feria. A ello ha contribuido la presencia de los más importantes marchantes helvéticos (Suiza es el país invitado en esta ocasión), como Bruno Bischofberg, Beyeler o Jan Krugier.

Incluso en la presentación de la obra se aprecia la influencia suiza. Esta última galería, por ejemplo, exhibe los cuadros de Matisse, Morandi, Giacometti, Calder, Miralles, Julio García, Paul Klee o Picasso, como si estuvieran en un pequeño museo. Del artista malagueño ofrece un nutrido recorrido con piezas representativas de todas sus épocas, desde un Retrato de Olga Khokhlova, realizado en 1917, hasta una Femme dans un rocking-chair, de 1956, valorado en 4,5 millones de euros. También la exposición de Giacometti, con un óleo central rodeado de esculturas, es una demostración de esa concepción museística que han introducido las galerías suizas en esta edición de Arco.

A ello ha contribuido el mayor espacio que se ha dado a cada stand, los pasillos amplios y, en general, la mejor y más confortable disposición de las galerías tanto en el pabellón 7 como en el 9, el dedicado a las apuestas más arriesgadas y a los valores emergentes.

Hasta los propios galeristas españoles ya consagrados en la feria, como Carles Taché, reconocían su sorpresa por este 'magnífico despliegue de fondos'. Taché, que ya había vendido a un museo una obra de Sean Scully valorada en 140.000 euros antes de inaugurar el salón, comentaba que 'en esta edición se pone de manifiesto que el mundo del arte está muy vivo y abierto, con numerosas tendencias que coexisten entre sí. Creo que a este Arco ha venido lo mejor de cada una de esas tendencias'.

Y entre los clásicos no podían faltar la expectación que siempre genera la galería Marlborough, este año con un Francis Bacon titulado Study for Portrait de 1957, con un precio de 9,5 millones de euros; dos óleos sobre tabla de Estes Richard, realizados en 2002 y valorados en 167.250 euros, y sus clásicos bronces de Botero (esta vez en pequeño formato), fechados en 1995 y que se venden a 223.000 euros.

En todo caso, lo que sí ha quedado patente es que los grandes maestros, como Picabia, Lam, Ray, Dubufett o Bacon, conviven en armonía con valores emergentes como Susana Solano, Cristina Iglesias o José María Sicilia, con las fotografías del argentino Leandro Erlich y de la catalana Mapi Rivera, con los dibujos del colombiano Raimond Chaves o con las instalaciones de Carla Arocha o de Bernardi Roig, que ha repetido la idea del hombre con llama que ya presentaron en la edición pasada algunas galerías.

Pero entre los artistas que más han destacado figuran Miquel Barceló, por la rotunda apuesta que Bischofberger ha hecho este año en Arco (con grandes lienzos, cerámicas y bronces), y Eduardo Chillida, que falleció hace unos meses. Del autor vasco se ha ocupado especialmente la galería bilbaína Colón XVI, que ofrece una amplia selección de piezas, incluida una espléndida escultura en gran formato y alabastro titulada Homenaje a Pili (su mujer) y realizada en 2000. Es la única obra que ha dedicado a su compañera y lo hizo justo antes de dejar de trabajar acosado por la enfermedad. Esta pieza, valorada en 1,5 millones de euros, es propiedad de la familia y sólo está a la venta para museos o instituciones que la exhiban en público. Según Ignacio Múgica, copropietario de la galería, en los últimos dos años la cotización de Chillida se ha multiplicado por dos en la mayoría de los casos y por tres en las obras de hierro. 'Una pieza que yo vendía hace cuatro años en 150.000 euros, ahora la vendo por 480.000 euros', añade. Una escultura en terracota de mediano tamaño cuesta ahora 150.000 euros y una de sus clásicas gravitaciones realizadas a mediados de los ochenta sale por 138.000 euros si es grande y por 36.000 si es pequeña.

Y junto a ello, un pabellón 9 más tranquilo y sosegado que en anteriores ocasiones, con mucha fotografía, aunque con menos instalaciones y una notable calidad en sus propuestas. En este contexto, las fotografías de Txomin Badiola en la galería Soledad Lorenzo, las esculturas de Susana Solano, que ofrece la galería Quadrado Azul (con precios entre 54.000 y 25.000 euros), o las esculturas en bronce de Tony Cragg, que se prodigan por varios stands y que cotizan a unos 70.000 euros.

Museos y fundaciones engrosan sus colecciones en la feria

La Fundación Coca-Cola, el Banco Zaragozano, el Ayuntamiento de Madrid, el joven Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, el Reina Sofía y el Museo del Grabado Español han sido algunas de las instituciones más activas a la hora de adquirir obra en Arco. Coca-Cola, como es tradicional desde hace varias ediciones, fue la primera en inaugurar la lista de compras (antes incluso de la apertura oficial), con piezas de Sergio Prego, Gonzalo Sicre y del portugués Baltasar Torres. A estas 3 primeras se han añadido otras 15, incluidas fotografías y algún póster.El Banco Zaragozano también estuvo entre los madrugadores, ya que en las horas previas a la inauguración ya había cerrado la compra de Limbo 3, un óleo sobre lienzo de gran formato realizado por Ferrán García-Sevilla, y había echado el anzuelo en varias galerías para posibles adquisiciones. El Reina Sofía se ha decantado por 14 obras de 13 artistas valoradas en 500.000 euros. Entre ellas, âscar Domínguez, Henri Cartier Bresson, Alfredo Hlito y José María Sicilia. El Ayuntamiento de Madrid ha seleccionado obras por valor superior a los 60.000 euros con destino al Museo Municipal de Arte Contemporáneo. Entre las piezas, fotografías de Graciela Hasper, Julia Rivera y Manuel Rufo, y pinturas de Saturnino Hernández, José Manuel Ciria, Juan Asensio e Isidro Blasco. Otra institución, el CAC Málaga se ha estrenado con un importe total de 30.000 euros para obras de Sergio Prego, Susy Gómez, Chema Lumbreras y Chema Cobo. El Museo del Grabado ha adquirido 44 obras valoradas en casi 16.000 euros.

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