Las ganancias de la renta fija se consolidan, pero son modestas
El retorno masivo de las pérdidas a los fondos de pensiones de renta variable ha reforzado la posición de liderazgo en rentabilidad de los fondos de renta fija, en especial los de medio y largo plazo. El clima de incertidumbre que domina en los mercados ha agudizado en las últimas semanas la tendencia conservadora de los inversores finales provocando un aumento de los precios de los activos de renta fija y, como consecuencia de ello, una mayor rentabilidad en los planes de pensiones especializados en estos mercados.
Los rendimientos acumulados en lo que va de año son todavía modestos en los planes de pensiones de renta fija, pero empiezan a distanciarse claramente del resto de los fondos que tienen carácter mixto o que actúan en la renta variable de forma total o preferente. Las ganancias medias en términos anuales se han acelerado hasta situarse en torno o algo por encima del 4% en contraste con las pérdidas de los fondos mixtos y los de renta variable.
La aceleración de los rendimientos en los fondos de bonos se debe a los avances que han vuelto a registrar en las dos últimas semanas los activos de renta fija, ya que los tipos de interés a largo plazo se encuentran de nuevo en mínimos históricos. En algunos momentos, la rentabilidad de los bonos a 10 años en el mercado español ha llegado a situarse por debajo del 4%, un nivel desconocido en el mercado español.
Los planes que invierten en títulos de renta fija a largo se están beneficiando de unas valoraciones que se encuentran en máximos históricos
Esta situación podría prolongarse durante algunos meses, según se deduce de la actual tendencia de los mercados de renta variable y los de renta fija. La elevada incertidumbre existente en los mercados y la fuerte tendencia defensiva de los inversores han convertido a la renta fija en algo más que un reducto defensivo. Desde el otoño del pasado año, estos mercados están cosechando de nuevo rentabilidades muy sustanciales.
Este entorno tiene, en todo caso, una duración temporal acotada por la finalización de la crisis bélica y por la aparición de los primeros síntomas de recuperación de la economía.
Es a partir de ese momento cuando la renta variable debería iniciar una senda hacia la recuperación, que sería un buen argumento para derivar recursos desde los activos defensivos hacia los de mayor riesgo. La determinación del momento en el que se puede producir ese cambio es bastante incierta. Hasta la aparición de las señales alcistas en los tipos de interés, los planes de pensiones de renta fija son, por lo tanto, la mejor opción para los inversores y el segmento en el que pueden esperar las únicas ganancias del mercado.