Pagar con tarjeta tiene premio
La mayoría de las entidades financieras comercializan tarjetas de fidelización, tanto de débito como de crédito, que permiten al usuario obtener beneficios añadidos al utilizarlas en establecimientos o servicios concertados, como regalos, puntos canjeables y descuentos.
El parque de tarjetas affinity (afinidad o marca compartida) no deja de crecer. No sólo porque las entidades hayan multiplicado sus lanzamientos, sino porque cada vez son más los clientes que reclaman servicios añadidos a los tradicionales de los medios de pago.
Estas tarjetas de fidelización, que emiten las entidades financieras en colaboración con un socio, ofrecen prestaciones y ventajas no financieras especiales para determinados colectivos y para usuarios individuales, entre las que se incluye exención de cuota de alta y/o de servicio permanente, un tipo de interés para aplazamiento de compras más bajo o gratuito, seguros especiales y, en algunos casos, su gratuidad durante el primer año.
Entre las más conocidas, y también las más contratadas, están la Visa Repsol y Visa Iberia. La primera, que comercializan La Caixa y Banesto entre otras, permite beneficiarse de numerosas bonificaciones, entre las que destaca el 2% de descuento en más de 3.200 gasolineras y puntos de venta Repsol, Campsa y Petronor, además de un 1% de descuento en compras de comercios. æpermil;sta es una de las ventajas que se incluyen algunos de los últimos lanzamientos, como el de la tarjeta 1 2 3 de Banesto o el de la Práctica Auto que ha lanzado BBVA Finanzia esta semana. Esta tarjeta, que es gratuita, ofrece la posibilidad de realizar pagos en autopistas y conseguir tarifas especiales en el alquiler de coches o reserva de hoteles.
La Visa Iberia -comercializada por Caja Madrid y BBVA, entre otras- es otra de las tarjetas más demandadas por los usuarios. Entre sus prestaciones destaca que permite acumular puntos para canjear por viajes, además incluye un seguro gratuito por accidentes y otro de asistencia en viajes. No son las únicas. Estos productos extienden su uso a equipos de fútbol, grandes almacenes, universidades, organizaciones humanitarias y lugares de ocio.
Además, la proliferación de estas tarjetas ha llevado a muchas compañías a emitir tarjetas propias como la de El Corte Inglés, Carrefour o Alcampo. Una práctica que se ha extendido a sectores como el de viajes (Travel Club), el de restauración (VIPS) o el de la cultura (Fnac). En estos casos, las tarjetas no son medios de pago, pero ofrecen la ventaja de acumular puntos para canjear por regalos, viajes o descuentos.