Comprender mejor a los europeos

Sin duda, la brecha entre Europa y EE UU nunca ha sido tan grande como hoy. Sin duda, la oposición de los europeos a la política estadounidense nunca había sido tan generalizada en todos los países y en todas las materias. Sin duda, la UE nunca había criticado tanto a un presidente de EE UU, ni se había mofado tanto de él (...). Los sondeos nacionales confirman que incluso en los ochos países entre ellos España en que sus dirigentes han suscrito una carta de apoyo a George Bush, la opinión pública es hostil a la guerra. (...).

¿Alguien recuerda haber visto que cuatro de cada cinco europeos expresaran su oposición a la potencia tutelar de Occidente y ahora también del mundo? Una oposición que supera de lejos el tradicional antiamericanismo, identificado al otro lado del Atlántico con Francia (...).

El daño causado por las tácticas de la Casa Blanca, con su combinación de presión brutal y mesianismo fundamentalista, es evidente. Querer imponer la teoría de la guerra preventiva a una Europa que desde 1945 se ha dedicado a impedir nuevos conflictos en su seno; amenazar a los viejos aliados que no se alineen, especialmente a París y Berlín, con privarles de las migajas petrolíferas después de la victoria sobre Sadam Husein; colocar entre paréntesis a la OTAN (...) para favorecer alianzas coyunturales (...); jugar a enfrentar a la nueva Europa contra la vieja (...) para debilitar una Unión que pretende reducir a zona de libre cambio. Todos estos métodos dejan heridas (...).

¿Están convencidos Aznar, Berlusconi y Blair cuando afirman que la supervivencia de los vínculos transatlánticos depende de la docilidad de Europa?