La lección del veterano Faldo
El inglés Nick Faldo, de 46 años, ganador de seis grandes, ha resurgido en el Heineken Classic de Australia, quedando segundo por detrás de Els
Hay cosas que sólo suceden en el golf. Jugadores de cualquier edad son capaces de ganar un grande, recordemos a Jack Nicklaus cuando logró su último Masters con 46 años. O la existencia del calculado handicap para cada golfista amateur que le permite medirse en el campo a un rival más capacitado con unos puntos a su favor. No es obligatorio ser un atleta como Tiger Woods o Ernie Els para jugar, por eso el golf cuenta con practicantes de todas las edades.
El pasado fin de semana en Australia asistimos al resurgimiento del inglés Nick Faldo, camino de los 46 años. El inglés, uno de los mejores exponentes de la generación de 1957 junto a Severiano Ballesteros y el alemán Bernhard Langer, acabó segundo en el Heineken Classic, a un golpe del surafricano Ernie Els. Por cierto que Els, 33 años, consiguió la tercera victoria en los cuatro últimos torneos en los que ha tomado parte, convirtiéndose en el líder de la lista de ganancias de los circuitos estadounidense y europeo, con 1.810.000 dólares y 301.117 euros, respectivamente.
Faldo comenzó la última vuelta con un golpe de ventaja sobre el segundo y tres con respecto al surafricano, al que no pudo frenar tras sus magistrales 65, aunque con su actuación demostró que vuelve a ser competitivo.
Faldo, el primer jugador capaz de ganar un millón de libras esterlinas en la misma temporada, ha acabado su particular travesía por el desierto
Sólo hay un secreto: la constancia. Creer en uno mismo, no en vano ha ganado seis grandes en su carrera (tres British Open y otros tantos Masters de Augusta) y disfrutar de un buen entorno, como el que ha conseguido en estos momentos después de sus tres tormentosas rupturas sentimentales que, además de suponerle un importante recorte de su fortuna económica y patrimonial, acabaron por desquiciarle.
Faldo ha vuelto. No ha sido de un día para otro, trabaja intensamente desde hace dos años para, una vez recuperado su juego, acostumbrarse a la tensión que exigen los torneos cuando se está arriba.
El inglés, ganador de treinta títulos europeos y cuatro del calendario regular estadounidense, ha ascendido hasta el puesto número 53 de la clasificación mundial, en la que Langer es vigésimo y Severiano Ballesteros ni aparece entre los 400 mejores golfistas del planeta.
Nick Faldo, aquel jugador que en 1992 se convirtió en el primero capaz de ganar un millón de libras esterlinas en una temporada o que en 1996 derrotó al australiano Greg Norman después de superar seis golpes de desventaja en la última vuelta del Masters antes de caer en picado, ha acabado su particular travesía por el desierto.
En 1998 rompió con David Leadbetter, uno de los gurús del golf mundial, artífice del swing con el que alcanzó los mayores éxitos de su carrera. En 1999, su inseparable caddie, Fanny Sunesson, le dejó después de llevarle la bolsa por todo el mundo durante diez años. Faldo no pasaba un corte, lo que equivalía a percibir sólo el sueldo y no participar en los premios. Fue un momento duro. El mismo día que cumplían diez años de relación profesional, Faldo le entregó a Fanny las llaves de un Jeep Grand Cheroke. La sueca cogió el coche, lo puso en marcha y desde la ventanilla le dijo adiós al que hasta entonces había sido su jefe.
Las carrera profesional por separado no les fue bien a ninguno de los dos y en 2001 recompusieron el equipo. Faldo regresó al redil de International Management Group (IMG), la mayor empresa de representaciones deportivas del mundo, y ahora sólo piensa en el golf y en retirarse por la puerta grande como un ganador.
Severiano Ballesteros entrena en Pedreña. Su futuro es
una incógnita, un mal trago para uno de los mitos del golf mundial que estuvo 60 semanas al frente del ranking que ahora lidera Tiger Woods.