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Resultados

Cirsa aplica un fuerte ajuste tras una caída del 16% de las ventas

La cuenta de resultados de Cirsa durante el año pasado ha padecido el impacto de la depreciación de sus inversiones en Latinoamérica. Sólo el efecto de la devaluación del peso argentino respecto al dólar ha supuesto una merma en el resultado de nueve millones de euros. Estas dotaciones, unidas al descenso de la facturación consolidada, situará los beneficios del grupo por debajo de los obtenidos en 2001.

La facturación del grupo ha descendido, entre otras cosas, por la salida del perímetro de consolidación del 50% de la filial de bingos (vendida a Lottomatica), que ha supuesto un impacto de 255 millones. Además, se ha producido el descenso de ventas de máquinas recreativas, que pasaron de unas 45.000 en 2001 a 38.500 el año pasado, explicaron fuentes del comité de empresa de Unidesa, filial de Cirsa.

Pese a esta disminución, el grupo ha aumentado su cuota en el mercado de venta de máquinas hasta el 53%. En el mercado internacional, Cirsa ha logrado incrementar el número de máquinas vendidas un 12%

La compañía presidida por Manuel Lao contrató en 2000 a la consultora Roland Berger para acometer un plan de ajuste a tres años que podría suponer hasta un ahorro del 25% de los gastos del grupo. El plan estratégico de Cirsa también incluye la reconversión o cierre de aquellos negocios que tengan un beneficio bruto de explotación (Ebitda) negativo.

Hasta ahora Cirsa ha prescindido de sus filiales belgas, que suponían un 2% de los ingresos del grupo, y de su distribuidora británica, donde además ha cerrado el centro de montaje de máquinas. Cirsa mantiene en Reino Unido uno de sus centros de I+D. Otras inversiones del grupo en diferentes mercados geográficos también están siendo revisadas.

Cirsa, que emplea a 10.565 personas (4.000 en España), se está planteando la concentración de sus plantas de ensamblaje de máquinas recreativas. La compañía dispone de siete centros, tras el cierre del de Inglaterra. La dirección ya ha consultado con los trabajadores de algunos de estos centros la posibilidad de presentar un expediente de regulación de empleo, según confirmaron fuentes del comité de empresa de Unidesa.

Por otro lado, el plan de ajuste también contempla la aplicación del sistema de gestión SAP dentro de un cambio en los sistemas de gestión denominado proyecto Promise y que supondrá importantes ahorros de costes en los servicios centrales del grupo.

Finalmente, Cirsa también ha procedido a fusionar las redes de distribución paralelas que mantenía en determinados mercados internacionales.

Con este ajuste, Cirsa afronta con mayores garantías el pago del préstamo sindicado por valor de 206 millones de euros que firmó en octubre de 2001 y que tenía como objetivo refinanciar la deuda del grupo después de que se frustrase su salida a Bolsa. El préstamo, liderado por el Santander Central Hispano, contaba con un año de cadencia y una vigencia de cinco años. El primer pago lo hizo efectivo Cirsa la semana pasada, según afirmaron fuentes de la empresa.

Otra de las prioridades del grupo es rentabilizar su división de ocio familiar, denominada hasta ahora Big Fun. La compañía ha cambiado el nombre de los parques, que pasan a denominarse Nex, y ha remodelado dos de ellos para ajustarlos a la demanda.

Uno de los aspectos más destacados es la reducción de superficie de los centros, mayoritariamente ubicados en centros comerciales y con alquileres altos.

Finalmente, el grupo busca una salida para su filial de Internet Cirsa Interactiva, donde la compañía ha invertido más de 24 millones de euros en los últimos cuatro años.

Cirsa considera estratégico mantener una inversión media anual en I+D de 15 millones de euros.

Un grupo familiar de estructura compleja

Cirsa es la cabecera visible de los negocios de Manuel Lao, pero su perímetro de consolidación no incluye ni mucho menos todas las empresas vinculadas a este empresario de Terrassa (Barcelona). La compañía actual es fruto del empeño que pusieron Lao y su equipo directivo para sacar la empresa a Bolsa a finales de los años noventa.Ante aquella operación, Cirsa se convirtió en una cabecera que agrupa todos los negocios relacionados con el juego y en los que, además, cuenta con mayoría accionarial para gestionarlos. El resto de negocios, como hoteles e inmuebles y la participación de Manuel Lao en la sociedad Opesa, están incluidos en otra cabecera de grupo denominada L&G, que es la titular de los negocios personales del empresario. Otra de las sociedades importantes dentro de la estructura de los negocios familiares es la citada Opesa, una compañía participada en un 56,25% por L&G y en otro 43,75% por Juan Lao, hermano de Manuel. Esta empresa concentra todas las compañías del sector del juego que los hermanos Lao constituyeron en su día con socios externos. Opesa gestiona actualmente un 11% del parque de máquinas que hay en España, mientras que Cirsa explota otro 9%. Aunque en 1997 Juan Lao decidió vender el 50% de Cirsa a su hermano Manuel, ambos mantienen su alianza en el capital de Opesa. La ruptura entre los hermanos se produjo por diferencias de criterio, ya que Juan defendía la consolidación de Cirsa, mientras que Manuel quería seguir creciendo.

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