La brecha de Europa amenaza con crecer
La UE se está acercando a una decisión que muchos líderes, y no digamos los ciudadanos, esperaban evitar. La declaración de los líderes de España, Reino Unido, Italia, Portugal, Dinamarca y tres países candidatos de Europa Central en favor de la unidad con EE UU para forzar a Irak a renunciar a las armas de destrucción masiva eleva las posibilidades de una profunda fisura con los escépticos que lideran Francia y Alemania.
El resultado puede afectar durante años la política exterior de la UE y el camino de la integración europea. El cisma no es todavía inevitable (...).
Una respuesta dividida de Europa tiene implicaciones para los cambios que se plantea la UE, especialmente el nombramiento de un presidente a tiempo completo y un ministro de Asuntos Exteriores (...). Con una división, ¿cómo podrían representar a Europa? (...).
La polarización ha surgido en parte porque en seguida se definieron, sin consultar al resto, posturas extremas a favor y en contra del planteamiento de EE UU, sobre todo de Blair y de Schröder (...). Aún se puede evitar una enorme división.
Las nuevas pruebas que EE UU presentará contra Sadam Husein pueden resultar convincentes (...). Casi todo depende de Francia. Si EE UU y Reino Unido, con respaldo de los firmantes de la carta de ayer, inician la guerra después de que Francia haya vetado en el Consejo de Seguridad una acción militar, Europa quedará desesperadamente dividida. Jacques Chirac y otros líderes afrontan la nada envidiable tarea de decantarse en favor de la guerra, de la valiosa relación trasatlántica y la unidad de Europa y de la opinión pública. No puede haber mayor prueba para su talla de hombres de Estado.