La competitividad de la economía cae cinco puntos en sólo cuatro años
La inflación acumulada en los últimos años (cerca de un 14% desde 1999) está haciendo perder competitividad a España frente a los principales socios comunitarios y a la vez competidores. Según los datos que maneja el Ministerio de Economía, los precios relativos reales (descontando la subida nominal) de la economía española frente a la zona euro han sufrido un avance medio de cinco puntos en los últimos cuatro años. Todo aumento de precios reales significa una pérdida de competitividad.
En concreto, el índice español de precios relativos con respecto a la zona euro se encuentra ahora en 108 puntos frente a los 103 en que cerró 1999, en el caso de los precios de consumo. La pérdida de competitividad es menor si se mide en precios de producción, que son los ligados a la actividad industrial.
La mayor brecha corresponde, precisamente, a la posición española con respecto a los tres países centrales del área (Alemania, Francia e Italia), que son los que acaparan las exportaciones españolas a la zona. Con respecto a Alemania y Francia, los precios reales españoles han subido más de seis puntos desde 1999. Con respecto a Italia, el desfase es de tres puntos. La pérdida de competitividad, del entorno de cinco puntos en los últimos cuatro años, también se extiende frente a los países de la OCDE, excluida la variación del tipo de cambio. La relación sólo es positiva con respecto a Estados Unidos y Reino Unido.
Cuota de mercado
Con todo, la pérdida de competitividad de los productos españoles no se ha traducido aún en una pérdida efectiva de cuota de mercado. Las exportaciones españolas siguen representando el 3,7% de las importaciones totales de la UE y el 0,5% de las de EE UU, porcentajes similares a los registrados en 1998. Ello lleva a pensar que los productos españoles podrían haber ganado terreno en los últimos años si no es por el desvío de la inflación española respecto a la media comunitaria. En los últimos cuatro años, España sólo ha registrado pérdida de cuota de mercado, en áreas poco representativas para el comercio español, como Asia, África y América Latina. En estas áreas ha influido en gran medida la evolución del tipo de cambio, que ha encarecido las exportaciones en muchos de estos países, como los suramericanos (Brasil y Argentina, incluidos).
La tasa de cobertura del comercio exterior (porcentaje que representa la exportación sobre la importación) es otra forma de observar el deterioro de la situación competitiva de la economía española. A partir de 1997, año en que la tasa de cobertura alcanza su máximo (85%), es cuando se inicia el deterioro, rompiéndose la tendencia de mejora continua iniciada a principios de la década de los noventa.
La pérdida de competitividad acumulada en los últimos ejercicios, unida a los últimos datos de inflación (4% en el año 2002) ha llevado a la patronal CEOE y a los sindicatos a pedir al Gobierno que reabra un debate sobre las medidas necesarias para controlar la subida de los precios, más allá de las críticas cruzadas entre patronal y sindicatos sobre evolución de márgenes empresariales y salarios. Los agentes sociales piden una mayor vigilancia en los sectores en donde se están produciendo más tensiones inflacionistas como los servicios y el comercio, y se comprometen al mantenimiento de la moderación salarial, de la que han hecho gala en los últimos años.
También es necesario profundizar en otros factores que inciden sobre la competitividad de un país, como los incrementos del stock de capital y la inversión tecnológica, que determina las ventajas competitivas de unas empresas sobre otras, y en la que España ocupa uno de los últimos puestos de la UE.
El progreso tecnológico está ligado también con el avance en la productividad del trabajo (crecimiento del producto menos el crecimiento del empleo del país), variable en la que España se sitúa en el furgón de cola de la UE, junto a Grecia y Portugal, con una productividad que significa sólo el 65% de la de EE UU, según la CEOE.