Una vida más cómoda para los enfermos
Las escasas compañías españolas de investigación en productos de tecnología sanitaria intentan no perder el tren de la innovación
a pérdida auditiva es una minusvalía sensorial que afecta a 600 millones de personas en el mundo. En Europa, concretamente, hay 70 millones de hipoacústicos y la mitad no llega a los 65 años. Una de las mejores soluciones son los audífonos que, aunque llevan ya muchos años en el mercado, sólo son utilizados por un 20% de quienes realmente lo necesitan. La empresa danesa Videx acaba de lanzar al mercado un audífono revolucionario, que incorpora una tecnología digital muy avanzada y que ofrece soluciones a problemas que hasta ahora ningún audífono podía satisfacer, como la eliminación de pitidos o la sensación de oclusión. Con un tamaño menor al de una uña y totalmente invisible, posee, entre otras cosas, un programa especial para poder escuchar música.
Como ocurre con los audífonos, los más recientes glucómetros para diabéticos son más pequeños, más rápidos y menos dolorosos que los anteriores, lo que permite a los pacientes controlar con más frecuencia sus niveles de azúcar en la sangre. Este es el caso del nuevo medidor de glucosa de Johnson & Johnson, que apenas tarda cinco segundos en dar una respuesta. TheraSense lanzó este año el FreeStyle, que ofrece una lectura rápida, en 15 segundos y obtiene muestras de sangre prácticamente sin dolor. El aparato también permite tomar muestras de sangre de otras partes del cuerpo diferentes de las yemas de los dedos. Los diabéticos disciplinados pueden revisar días de lecturas almacenadas en sus glucómetros y descargarlas a sus ordenadores, convirtiéndolas en gráficos.
Los aparatos domésticos también han empezado a extenderse en al campo cardiovascular. Un ejemplo es el sistema de monitorización cardiaca Home Monitoring, de la compañía Biotronik. Este producto hace posible monitorizar un marcapasos o un desfibrilador sin necesidad de que el paciente acuda a la consulta: el propio dispositivo enviará rutinariamente y de manera automática información al médico desde la casa del paciente o desde cualquier otro sitio donde se encuentre. En todo el proceso de transmisión de información no es necesaria la intervención del paciente, dado que se realiza de forma automática. El único requisito es que el paciente se sitúe a corta distancia (aproximadamente cinco metros) del dispositivo, denominado RUC (Unidad de Control Remoto). La RUC capta la información y la envía a un centro de análisis.
Una de las pocas compañías 100% españolas que trabajan en este subsector es Biomed. Biomed, que en su día fabricó con tecnología propia un ventrículo artificial, hoy, después de vender la patente, se ha embarcado en la distribución en España de dos productos de sello norteamericano con gran futuro en el mercado mundial. Uno, desarrollo tecnológico de la compañía norteamericana Bioger, es un instrumento de diagnóstico para detectar el fallo cardiaco congestivo.
El aparatito, del tamaño de un teléfono, permite con una muestra de sangre conocer los niveles de la hormona BNP y, por tanto, el curso de esta enfermedad en muchos casos silenciosa. Biomed también está participando en el desarrollo de una de las terapias más novedosas en el área cardiovascular: la celular. Es el distribuidor en España de Bioheart Inc., una de las multinacionales americanas que está desarrollando tejido celular cultivado para regenerar la zona muerta tras un infarto. El caso de Biomed pone en evidencia que la producción española en este subsector, como en otros, es mínima.
Según Fenin, en el año 1999, el mercado mundial de productos sanitarios superó los 215.000 millones de dólares, correspondiendo a Estados Unidos, un porcentaje de mercado entorno al 42%, frente al 28% de la Unión Europea. La UE se sitúa como el segundo mercado mundial, con una cifra de negocio de 41.000 millones de euros. España tiene una cuota de mercado del 7%, próxima a los 3.000 millones de euros.
Expansión internacional
En Europa existen cerca de 7.000 empresas, que dan empleo a 300.000 personas, con un gasto en I+D de 2.850 millones de euros, que corresponden al 6,9% de las ventas totales. En España están instaladas aproximadamente 900 compañías, mayoritariamente pymes, entre empresas nacionales y multinacionales, fabricantes y distribuidores, que dan empleo a aproximadamente 13.000 personas. Es difícil hablar de multinacionales españolas, pero la presencia exterior de algunas compañías comienza a ser notable. Es el caso de Sedecal y Matachana (electromedicina), Telstar (cabinas de uso laminar), Indas, fabricante de productos sanitarios de un sólo uso, y Diagnostic Grifols, de diagnóstico in vitro. Las exportaciones ascienden a 492 millones de euros.
El sector dental es otro de los campos donde la presencia de empresas de capital español es más relevante. Impladent es, según Fenin, una de las sociedades españolas más innovadoras, cuyo origen se encuentra en la industria aeronáutica, sector pionero en el uso y optimización del titanio. Esta empresa ha inaugurado recientemente un nuevo centro tecnológico en Barcelona: más de cuatro millones de euros. Una de las últimas novedades de esta compañía es Avantblast, una nueva superficie para implantes. Esta superficie, realizada con ácido sulfúrico y ácido fluorhídrico, optimiza el proceso de osteointegración, anclaje del hueso y éxito clínico.
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