La Bolsa de Brasil recupera el 41,7% desde el mínimo de octubre
La intensa incertidumbre que azotó al mercado brasileño antes de las elecciones presidenciales del pasado mes de octubre ha dado paso a un periodo de calma y recuperación bursátil. El nuevo presidente de Brasil ha logrado tranquilizar a los inversores al moderar su discurso y adecuarlo a la realidad de la crisis económica.
La Bolsa de Brasil recupera así el 41,7% desde el mínimo de octubre marcado días antes de que Lula ganara las presidenciales con una abrumadora mayoría. Un rebote muy superior al registrado en otros mercados. El Dow Jones recupera alrededor del 20,4% desde mínimos, mientras el Nasdaq gana cerca del 27% y el Ibex, un 18,4%.
Un estricto control presupuestario y la lucha contra la inflación mediante tipos de interés elevados centrarán la política monetaria del Gobierno de Lula. Objetivos que son coherentes con la política económica anterior y que han disipado las dudas reinantes en el mercado. Ayer, el presidente de la Bolsa de São Paulo, Raymundo Magliano, atribuyó el actual optimismo a la credibilidad que ha despertado el nuevo presidente de Brasil.
Durante la campaña electoral, Lula, bastante más social y menos económico, no descartaba aumentar el gasto social incluso si se traducía en una suspensión de pagos en el país, promesas que generaron una gran incertidumbre en el mercado. El Bovespa cerró el ejercicio con una caída del 17%.
Este temor disparó el riesgo-país (barómetro que mide la solvencia del país a ojos del mercado) hasta máximos de 2.400 puntos, pero ahora el indicador se ha situado cerca de 1.300 puntos. Los analistas han ayudado a suavizar la incertidumbre al transformar las críticas en un voto de confianza.
El real también se ha beneficiado del optimismo reinante y ha recuperado terreno, después de sufrir una depreciación del 34,7% en 2002. En la actualidad cotiza alrededor de 3,29 unidades por dólar tras acercarse a los cuatro dólares el pasado octubre.
El equipo económico de Lula también ha agradado. Tras el nombramiento de Antonio Palocci como ministro de Hacienda, en su juventud cercano a una tendencia trotskista, siguió otro de más impacto. Henrique Meirelles, ex presidente del BankBoston y miembro de la oposición, fue designado presidente del Banco Central.
En su discurso de asunción del cargo ayer, Meirelles prometió mantener el sistema de objetivos de inflación. El coste de la vida en Brasil alcanzó el 10% en 2002, lo que ha obligado al Banco Central a subir los tipos hasta el 25%. Palocci, no obstante, reconoció ayer que se verá obligado a extender los plazos previstos para alcanzar las metas.
El reto de Lula es importante. La deuda externa e interna pública junto con la deuda externa de las empresas asciende a unos 460.000 millones. Afronta así importantes obstáculos para asumir los vencimientos de deuda y mantener su compromiso social.
Lucas Vigier, de AFI, aplaude las decisiones de Lula, pero recuerda que hasta ahora no son más que promesas. José Luis Martínez, de Citigroup, recomienda esperar unos meses para ver si se confirma la continuidad de la política económica. 'Probablemente, el Gobierno tendrá que tomar medidas poco populares', aunque considera razonable la mejora del mercado hasta ahora.