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saber de vinos

Chardonnay, la cepa más noble

Su historia. Sin duda, la uva chardonnay es la variedad blanca más apreciada del mundo. Consagrada en el pasado por sus excelentes resultados en solitario, tanto para la elaboración del legendario champagne como de los vinos blancos tranquilos de Borgoña, hoy su expansión la ha llevado por todo el mundo, casi sin excepciones.

Su nombre. Conocida en la mayoría de los países por un único nombre, chardonnay, admite ciertas acepciones como gentil blanc o axois blanc en Francia y rulander o weisser en Alemania.

Su localización. Los míticos chardonnays se elaboran en Crus, del prestigio de Corton y Corton-Charlemagne, Meusault o el gran Montrachet. Esta magnífica uva ha sabido adaptarse a muchos lugares, desde Australia a California, del exótico Líbano a la lejana India. En España encuentra dignísimas representaciones en Cataluña, región pionera en su cultivo, en Somontano, en Navarra y en Utiel-Requena.

Agradece un tipo de suelo arcilloso-calcáreo como los de Borgoña o calcáreo como los de Champagne y prefiere zonas frías, aunque en zonas cálidas también puede dar buenos resultados pero exigirá mayores cuidados. Por su precocidad hay que evitar las heladas tempranas y las vendimias tardías. Tampoco agradece una vendimia excesivamente temprana pues el vino resultante quedará sin carácter y corto de aromas.

La cepa. Variedad blanca de porte bastante erguido, muy vigorosa, de hojas de tamaño medio. Su fruto es pequeño, de color blanco ambarino, rico en azúcar y con buen grado alcohólico. Crece en regiones de todo el mundo, propagándose con facilidad. Es prolífica y madura temprano, lo que exige un cuidado exquisito en la elección del momento de la vendimia.

El vino. Con la variedad chardonnay se obtienen vinos de buena graduación alcohólica, de gran atractivo y con multitud de matices aromáticos y gustativos. Dependiendo de la zona de la que proceda la uva, los vinos pueden ser untuosos y de alto grado alcohólico o finos, delicados y tan especiales como el champagne. Sus aromas son altamente valorados por su clara definición, su armonía y su equilibrio. No se trata de una variedad que refleje aromas ni muy florales ni muy herbáceos, sin que a través de notas sutiles nos lleva a los frutos maduros y sobre todos a esa mantequilla derretida tan característica. Agradece sin duda la crianza en roble, sin doblegarse a él. La calidad de su hollejo permite la maceración previa a su fermentación o la fermentación con lías en barrica.

Maridaje. Su carácter permite una amplia combinación plato-vino, por lo que agradecerá platos de pescados -incluso con salsas contundentes- y verduras. Criados y fermentados en barrica acepta sin problemas pescados más poderosos, aves e incluso carnes blancas ligeras.

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