_
_
_
_
Estudio

Los cómplices 'legales' del blanqueo ingresan 153.000 millones en comisiones

Un mercado mundial en el que los satélites y las redes informáticas hacen circular el dinero en un mundo sin fronteras y sin leyes ha hecho posible sistemas muy sofisticados y seguros para el blanqueo de capitales a gran escala, según un informe sobre la criminalidad financiera de Atlas Akal. Los métodos rudimentarios para el lavado del dinero ilícito han dejado paso a otros sistemas implantados en los mercados financieros que hacen aún más invisible el dinero negro. Según el informe, 'cuanto más importante es el capital delictivo, menos riesgo corre de ser descubierto'. 'Cuanto más importante es el crimen, menos visible es'.

El dinero que puede mover la criminalidad económica y financiera alcanza cifras escalofriantes. Según el Atlas de la criminalidad financiera, cada año se blanquean como mínimo 307.200 millones de euros (aunque el volumen de negocio de las organizaciones criminales no es inferior a los 768.000 millones de euros). Estima, además, que los cómplices que actúan como intermediarios (empresarios, banqueros, abogados, policías, funcionarios...) en el lavado del dinero perciben 153.600 millones de euros. Esta cantidad equivale al 50% del dinero blanqueado.

Según los autores del informe, la delincuencia económica y financiera que escapa del control de los Estados crece cada vez más y 'proporciona el capital que necesitan los mercados financieros'. Este estudio afirma que 'el enorme desarrollo de los paraísos fiscales y de las sociedades off shore ha sido paralelo al aumento de las actividades ficticias justificadas sólo por las necesidades de camuflar el dinero sucio'.

También mantiene que 'los desajustes crecientes de los equilibrios financieros mundiales sólo se explican, al menos en parte, por el efecto perturbador de los bienes financieros que no respetan las reglas del juego'. Un ejemplo, la crisis asiática (1997-1998), que según el director general del Fondo Monetario Internacional, Michel Camdessus, 'está claramente relacionada con los defectos o con la opacidad de la gestión pública. Las relaciones incestuosas entre los poderes públicos, las grandes empresas y las instituciones financieras'.

A pesar de que lavar dinero sucio o negro no es muy difícil hoy en día, también es cierto que los blanqueadores se cuidan mucho de no toparse con la policía o el fisco. Por ello, toman precauciones y se dotan de una sólida infraestructura que diseñan expertos en economía y finanzas para dar una apariencia de legalidad. Un ejemplo es el que muestra el gráfico. El sistema se llama de 'ida y vuelta'. Pero hay más.

Supongamos una cantidad para blanquear. Primero la depositamos en un banco de un paraíso fiscal, Islas Vírgenes. Con este dinero compramos futuros a través de la cámara de compensación del mercado financiero francés (Monep). Cuatro días después vendemos los futuros con una ligera pérdida. Esto es lo de menos, lo importante es que el dinero de la venta se ingrese en el Monep, organismo oficial, libre de sospechas. Por último, el dinero, ya blanqueado, se gira a una cuenta de Suiza.

Lavado paralelo

También se utiliza lo que denominan blanqueo paralelo en varios mercados financieros. Consiste en colocar el dinero en un paraíso fiscal y desde allí ordenar operaciones en distintos mercados a través de bancos de terceros países. De esta manera se consigue que el dinero no vuelva al banco de origen y que no se relacionen las diferentes operaciones entre sí. Con este sistema se pueden blanquear cantidades ilimitadas de dinero ilícito. Las operaciones se pueden repetir los días que se quiera con cualquier producto financiero, utilizando cantidades en cada operación que estén siempre por debajo del umbral de detección.

Un método revolucionario

Franklin Jurado se hizo famoso por su manera de gestionar el dinero procedente del tráfico de drogas en el cártel de Cali (Colombia). Perfeccionó en los años ochenta un sistema de lavado de dinero muy innovador hasta entonces. Lo estructuró en dos fases. La primera la llamó Kennedyficación. Es la fase en la que el dinero sucio se convierte en respetable. La denominó de esta forma porque Joseph Kennedy había hecho fortuna con el tráfico de alcohol y, a pesar de ello, su hijo J. F. Kennedy llegó a presidente de los Estados Unidos. Se trata de blanquear sucesivamente el dinero para que cada vez sea más honrado.

La segunda fase la denominó Santificación, porque el dinero volvía en olor de santidad y no de mafia. Jurado demostró que era inútil cambiar la forma de los capitales delictivos si no se ha modificado antes su estado. Por ello, mostraba mucho interés en dar credibilidad a los dueños del capital 'haciendo cada vez más honrosa la procedencia de su dinero'.

Sabía que no bastaba con borrar el pasado del dinero, sino que su utilización tenía que ser adecuada al capital financiero que uno tiene. Este problema, que no llegó a resolver del todo, fue su perdición, porque los dueños de los capitales blanqueados 'eran vulnerables' si no lo utilizaban como lo harían los propietarios de grandes sumas. Es decir, 'no se gestionan millones o miles de millones de dólares como la caja de una tienda de ultramarinos'.

El método de Jurado:

Kennedyficación:

1. El dinero se coloca en un paraíso fiscal.

2. Se gira a la cuenta de un familiar del dueño del dinero en Alemania.

3. Se vuelve a girar a otro familiar que tiene una cuenta en Mónaco.

4. Desde Mónaco se efectúan giros a cuentas de Suiza y Luxemburgo.

5. El dinero se gira a una cuenta con seudónimo en Austria.

Santificación: El dinero se reintegra a Colombia a través de sociedades europeas bajo forma de inversiones industriales.

El capital ilícito aumenta en los paraísos fiscales

El informe sobre criminalidad económica y financiera de Atlas Akal, en el que han intervenido jueces y fiscales europeos que luchan contra este tipo de delincuencia, asegura que 'el dinero negro se acumula en los paraísos fiscales y que la gran delincuencia económica y financiera prospera cada vez más'. Hace seis años, 2.000 jueces y fiscales de Europa, entre los que se encuentran el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y el fiscal jefe Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, firmaron el Manifiesto de Ginebra contra el crimen organizado. Pedían el levantamiento del secreto bancario e inmediatez en la cooperación policial y judicial. En definitiva, un auténtico espacio judicial europeo para luchar con eficacia contra el crimen organizado.El fiscal general de Ginebra, Bernard Bertossa, considera que debe ponerse 'punto y final a las actividades parásitas de los Estados límite o de territorios independientes, por ejemplo, Liechtenstein, en el mismo corazón de Europa, que se sigue utilizando impunemente como refugio inexpugnable de capitales y de sociedades ficticias, cuya presencia no tiene otra justificación que la de asegurar el camuflaje de transacciones financieras ilegítimas'. Antonio Gialanella, juez de Nápoles, asegura que 'la delincuencia económica y financiera es el resultado natural de un capitalismo determinado, como lo es la corrupción política, como lo son los paraísos fiscales'. Eva Joly y Laurence Vichnievsky, jueces de París y especialistas en delincuencia económica (instruyeron el caso Elf), opinan que 'las formas de corrupción han evolucionado hasta alcanzar un grado de sofisticación comparable al de nuestras sociedades, a las que se adaptan de una manera completamente natural utilizando del mejor modo posible las posibilidades cada vez mayores y más numerosas que se nos ofrecen, en el campo tanto de la circulación de flujos financieros como de personas, en un mercado que hoy se ha hecho mundial, y ello gracias fundamentalmente a la técnica del blanqueo'.

Archivado En

_
_