Bruselas rectifica y declara legal el crédito de Caja Cantabria a Sniace
Bruselas ha terminado dando la razón a la papelera española Sniace en el conflicto sobre el crédito participativo que recibió de Caja Cantabria en 1998, un caso que llegó a poner en cuestión el modelo español de cajas de ahorros.
Sniace comunicó ayer a la CNMV que la Comisión ha declarado 'compatible con el mercado común' el préstamo de 12 millones de euros, con lo que se da por cerrado el procedimiento informativo abierto por el ejecutivo comunitario.
Fuentes de la compañía aseguraron que la decisión de la Comisión es firme y significa 'un apoyo importante para el desarrollo' de la compañía, que trata de salir de las pérdidas. Sniace, con unos 630 empleados, produce celulosa, viscosa, poliamida y papel en su complejo fabril en Torrelavega (Cantabria).
El préstamo de Caja Cantabria se enmarcaba en un plan de viabilidad acordado con el Gobierno autonómico en 1996 y que permitió que el grupo químico levantara la suspensión de pagos a finales de ese año. El crédito, al 2% de interés, fue hecho efectivo en enero de 1998.
La concesión del préstamo fue denunciada por la química austriaca Lenzing Lyocell, que se basó en el diferencial de tipos de interés favorable a su competidora española. Bruselas dio la razón inicialmente a la denunciante y en octubre de 1998 declaró ilegal el crédito a Sniace. Sin embargo, en enero de 1999 la Comisión anuló su resolución anterior a petición del responsable de Competencia, Mario Monti.
El caso se reabrió por sorpresa en noviembre de 2001, cuando la Comisión instó al Gobierno español a demostrar que el préstamo de la caja cántabra no era una ayuda de Estado. Bruselas señaló, apoyándose en una directiva de 2001, que podrían adquirir esa condición de subvención pública los préstamos concedidos por entidades financieras en cuyo consejo de administración haya un 50% o más de representantes públicos. En el caso de la caja cántabra, el porcentaje era del 69% en el momento de la concesión.
Fin de la incertidumbre
La nueva Ley Financiera española, aprobada el mes pasado, ya prevé que la representación pública en las cajas de ahorros quede por debajo del 50% en los consejos. Las comunidades autónomas se encuentran en proceso de adaptación a esta norma.
Para Sniace, el visto bueno definitivo de Bruselas elimina una incertidumbre sobre su plan de futuro. La compañía informó ayer de que acaba de abonar el cuarto plazo a los acreedores incluidos en el convenio, equivalente a un 20% del total, tras lo que tiene pendientes otras dos anualidades que se deben pagar en 2003 y 2004.
La transcendente decisión de la UE no afectó al precio de la acción. El título de la papelera cerró a 52 céntimos de euro, igual que la sesión anterior, y acumula un descenso en el año 2002 del 30%. La capitalización de Sniace es de 20,9 millones. En los nueve primeros meses del ejercicio la sociedad tuvo pérdidas de 2,47 millones de euros, más del doble que en el mismo periodo del año anterior, mientras que la facturación cayó un 6,8%, hasta 51,5 millones.
No obstante, la compañía dio a conocer en este último trimestre dos operaciones de gran calado. Por un lado, Sniace acordó en octubre con la compañía francobelga Electrabel la construcción de una central de ciclo combinado en Torrelavega que tendrá una potencia máxima de 800 megavatios. Por otro, ha transcendido que la empresa puede beneficiarse, con unas plusvalías en torno a nueve millones de euros, de la recalificación de unos 130.000 metros cuadrados de terrenos en Cantabria.