Las auditoras se revitalizan tras las crisis empresariales de este año
Después de un año plagado de escándalos empresariales, las firmas de contabilidad, en la era posterior al colapso del gigante de comercialización de energía Enron, afirman haber cambiado, aunque no demasiado. El negocio de auditoría, el alma de las firmas de contabilidad que hasta hace poco era considerado como un lento análisis de balances empresariales, se ha convertido en un agresivo esfuerzo para erradicar el fraude, dicen algunos contadores y consultores del sector.
No obstante, en lugar de que fuera un periodo catastrófico para sus negocios, la industria afectada por los escándalos tiene mucho que agradecer al final del año, incluyendo una bonanza de nuevos clientes para cada firma, tarifas más altas por auditorías y un negocio de consultoría que se ha mantenido fuerte con clientes a los que no les realizan auditorías.
Tarifas más altas
'Pese a lo malo que parecía este año para la industria de la contabilidad debido a lo que pasó con Andersen, a la ley Sarbanes-Oxley y a la recesión, éste va a ser un año récord para todas las empresas, simplemente por todos los negocios que han obtenido', dijo Allan Koltin, un consultor de la industria y jefe del Practice Development Institute. La participación del gigante de las firmas de contabilidad Andersen en el colapso de Enron y su derrumbe posterior hizo que los auditores se convirtieran en objeto de bromas y puso a la profesión por los suelos.
Ante la fuerte presión para que escindieran sus ramas de consultoría para eliminar los potenciales conflictos de interés, las principales firmas de contabilidad que no lo habían hecho tomaron esa medida este año. El sector todavía enfrenta la perspectiva de regulaciones y leyes más duras, pero la estructura de las firmas de contabilidad relacionadas con muchos negocios distintos ha seguido casi intacta. Mientras, el negocio de la auditoría ha prosperado, gracias a los nuevos clientes que surgieron tras la caída de Andersen, y a las tarifas más altas cobradas por las tareas adicionales que exigen los comités de auditoría.