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Tipo de cambio

El dólar cae al nivel más bajo frente al euro desde noviembre de 1999

El dólar moderó sus pérdidas al conocerse la evolución del mercado laboral de Estados Unidos. Las peticiones de nuevos subsidios por desempleo cayeron la semana pasada en más de 60.000 personas respecto a la anterior, al pasar de 438.000 a 378.000, mucho mejor de lo previsto por el mercado. Sin embargo, estos datos, que suponen la mayor caída semanal en más de un año, están sometidos constantemente a revisiones y resultan demasiado volátiles para explicar la evolución real de la economía estadounidense.

La alegría del mercado cambiario duró poco. Los datos de la campaña de ventas navideñas evidenciaron el peor comportamiento de los compradores estadounidenses en más de 30 años. Diversos informes coinciden en prever un aumento de las ventas en noviembre y diciembre de este año del 1,5% respecto al año anterior, lo que supone el menor crecimiento desde 1970.

Los comercios iniciaron ayer una campaña salvaje de descuentos (con rebajas de hasta el 80%) para intentar animar las compras y salvar, al menos en parte, la nefasta temporada.

Pero en este momento, las mayores presiones contra el dólar no provienen, directamente, del ámbito económico. Con el enfrentamiento abierto con Irak y las inspecciones de armas de la ONU, la tensión creciente con Corea del Norte por su campaña nuclear y el permanente temor a un nuevo ataque terroristas pone de manifiesto una importante amenaza bélica a nivel mundial.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) calificó ayer la decisión de Corea del Norte de activar sus proyectos nucleares como 'muy preocupante'. El organismo denunció que las autoridades norcoreanas habían trasladado 1.000 barras de fuel a un reactor nuclear que produce el plutonio que se utiliza para fabricar cabezas nucleares.

Presiones del Senado

Desde EE UU crecen las presiones para ejercer una acción contra el régimen de Pyongyang. Los presidentes saliente y entrante del comité de relaciones exteriores del Senado, el demócrata Joseph Biden y el republicano Richard Lugar, respectivamente, reclamaron ayer una acción multilateral de EE UU y sus aliados, principalmente Corea del Sur, Japón, Rusia y China, contra la decisión norcoreana de revitalizar su programa nuclear.

Corea del Norte forma parte del eje del mal junto a Irak e Irán, según la definición que dio el presidente de EE UU, George Bush, el pasado mes de enero durante su discurso sobre el estado de la Unión. Sin embargo, frente a la agresividad desplegada contra el régimen de Bagdad, EE UU no ha ejercido ninguna acción, hasta ahora, contra Corea del Norte e Irán.

Pyongyang rechazó ayer las acusaciones occidentales y acusó a EE UU de 'difundir puntos de vista falsos a la comunidad internacional sobre que la reactivación de nuestras centrales nucleares apunta al desarrollo de armas con esta energía', dijo el informativo oficial. EE UU ha encontrado, en su denuncia, el apoyo de países como Francia y Alemania.

Por lo que respecta a Irak, las noticias no son más tranquilizadoras. El secretario general de la OTAN, George Robertson, aseguró ayer, en declaraciones a la BBC, que los países de la Alianza tienen la 'obligación moral' de respaldar una guerra liderada por EE UU si el presidente iraquí, Sadam Husein, incumple las resoluciones de Naciones Unidas para garantizar que el régimen de Bagdad no cuenta con armas de destrucción masiva.

Las declaraciones de Robertson se producen después de que diversos líderes religiosos hayan aprovechado la festividad navideña para condenar el posible ataque de EE UU contra Irak.

La tensión entre el régimen iraquí y los inspectores de Naciones Unidas aumentó ayer al solicitar los representantes del organismo internacional que los científicos que colaboraron con el diseño de los programas iraquíes de armas de destrucción masiva sean interrogados fuera del país para evitar presiones. El Gobierno iraquí rechazó la solicitud, que de mantenerse sería el primer incumplimiento de las condiciones previstas en la resolución 1441 de la ONU. El incumplimiento implica 'serias consecuencias' para Irak, según precisa el dictamen.

Ante lo que parece cada día más inevitable, el Gobierno iraquí ha aumentado las raciones de alimentos para permitir a la población acaparar comida en previsión de un ataque por parte de EE UU.

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