Soros, condenado a desembolsar 2,2 millones por fraude
El multimillonario estadounidense George Soros, filántropo y propietario del fondo de alto riesgo Soros Fund Management, fue condenado ayer por el Tribunal Correccional de París a una multa de 2,2 millones de euros por abuso de información privilegiada y fraude tras haber especulado con acciones de la entidad francesa Société Générale antes de un fallido intento de fusión en 1988.
La corte consideró la petición de la fiscalía de condenar a Soros a pagar la cifra exacta de las plusvalías presuntamente fraudulentas que el financiero, de 72 años, se embolsó. La defensa de Soros, por contra, se reservó la posibilidad de recurrir la sentencia. 'Apelaré la decisión hasta el nivel más alto que sea necesario', dijo Soros, quien agregó: 'Los cargos en mi contra son infundados y no tienen mérito'. El abogado de Soros para el caso, Bernard du Granrut, dijo que la decisión de la corte no tuvo en cuenta la mayor parte de los argumentos que presentó la defensa.
El resto de los acusados, el empresario libanés Samir Traboulsi y Jean-Charles Naouri, un ex funcionario del Ministerio de Finanzas, fueron absueltos por la corte. La fiscal había solicitado una multa de 1,98 millones de euros para Naouri y de 290.000 para Traboulsi. El caso contra Jean-Pierre Peyraud, de 89 años, ha sido aplazado por su delicado estado de salud.
Información privilegiada
El tribunal ha considerado probado que Soros se benefició de información privilegiada al hacerse con acciones de Société Générale en un intento de toma de control del banco en 1988, encabezado por Marceau Investissmente, un banco de inversión dirigido por Georges Penebereau y respaldado por el Gobierno francés.
Como parte del programa para desprenderse de empresas estatales, el Gobierno francés vendió Société Générale en junio de 1987. Para octubre de 1988 Marceau aprovechó la caída de la acción, tras el crash de los mercados, para acumular una participación del 9% en el banco y trató de que la administración de Société Générale aprobara la absorción. El banco se negó y, cuando las acciones subieron, el plan se hizo impracticable.