Una mancha de fuel del tamaño de Menorca avanza hacia el Cantábrico
Los marineros de la Costa da Morte, que luchan desde el miércoles contra los espesos vertidos de la tercera marea negra del Prestige, aguardan este fin de semana el impacto de la mayor agrupación de manchas de fuel que ha sufrido el litoral de Galicia hasta ahora. El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, se abstuvo de dar sus dimensiones, que, según diferentes versiones, alcanza los 700 kilómetros cuadrados.
Ayer, esta mancha, del tamaño de la isla de Menorca, se situaba a 13 millas al norte del cabo de Finisterre y el viento del suroeste la hace derivar hacia el norte y el oeste.
Este viento del suroeste ha hecho que la mancha, que durante la semana pasada estuvo acosando las Rías Bajas, se aproximara hacia la costa tres millas en una sola jornada. Está fragmentada en unas 150 placas de fuel muy viscoso, de entre 8 y 30 metros de longitud y que superan el metro de espesor, debido a que el combustible se ha emulsionado con los compuestos salinos del agua del mar. Para el domingo podría situarse en el extremo occidental del Mar Cantábrico.
Rajoy señaló que las playas de los municipios coruñeses de Cee, Carnota y en Ribeira son las más afectadas; en Asturias, el fuel alcanzaba ayer a 21 playas; en Cantabria, ha tocado Suances, y en Vizcaya ha contaminado tres playas.
Al menos, las cofradías de la Costa da Morte pudieron ayer congratularse del acuerdo que alcanzaron las sociedades estatales Salvamento Marítimo, Puertos del Estado y Tragsa para pagar un jornal ecuánime para todos los marineros que participen en las tareas de limpieza de 36 euros diarios, que para los armadores asciende a 60 euros.
Así finaliza la presencia de marineros trabajando como voluntarios en las tareas de limpieza. Precisamente, la fuerte dependencia de los voluntarios para la defensa de costa gallega de los vertidos del Prestige ha motivado al defensor del pueblo, Enrique Múgica, a abrir una investigación de oficio para esclarecer la actuación del Gobierno.
La Comisión Europea presentó ayer una propuesta para prohibir desde 2003 la navegación en sus aguas jurisdiccionales de los petroleros monocasco de más de 23 años, en tanto que los más nuevos se retirarían entre 2005 y 2010.