Cartas al director
Medidas para animar el mercado de trabajo
Nos encontramos inmersos en un panorama desalentador que las magnitudes macroeconómicas muestran. Bajo crecimiento del PIB y una tasa interanual de la inflación sensiblemente más alta de lo previsto. Ante esta situación, el BCE adopta nuevamente la decisión de bajar los tipos intentando una reactivación. Pero quizás estemos ahora ante un escenario en el que la política monetaria más tradicional, que postula que la relajación de los tipos animará la economía no es totalmente útil.
Es necesario tener presente que esta medida no está repercutiendo lo que debiera en la inversión de las empresas ni tampoco en las familias, y anima sin embargo el endeudamiento de estas últimas. ¿Es este mayor endeudamiento, junto con otros factores, en parte responsable de la tasa de inflación? Quizás esté ayudando al sostenimiento de la demanda, en lugar del aumento de beneficios empresariales y los salarios.
Puede que lo que se esté necesitando sean medidas de carácter estructural que impliquen una reforma del mercado laboral y lo animen. Estas medidas deberían adaptarse a la idiosincrasia de cada país, a las características de cada mercado. No olvidemos que la tasa de crecimiento del PIB y de la inflación en Alemania (Primera División del área euro) son menores; por lo tanto, sí tienen más fácil la respuesta adecuada a la decisión del BCE.
Estabilidad laboral rentable
Precariedad laboral, contratos temporales, salarios bajos y largas jornadas, entre otras cosas, llevan al trabajador a un estado de apatía en el que lo más importante es acabar la jornada y desconectar.
Evidentemente, lo que es bueno para la empresa a corto plazo no lo es para el trabajador (...). No hay margen para el ahorro.
Entonces, quién tira de la economía: los funcionarios, por lo general con jornadas intensivas, bien retribuidos y fijos; los jubilados -algunos cobran más que, por ejemplo, un soldado profesional-, y las personas de 40 a 60 años con contratos fijos en empresas privadas.