El consumo mantiene el pulso de la actividad económica en EE UU
La actividad económica de EE UU se mantiene a flote gracias al consumo, tal y como viene sucediendo en los últimos meses. La producción industrial creció en noviembre, por primera vez desde julio, gracias en buena medida al tirón del sector automovilístico. Los bajos tipos de interés sostienen la actividad en el sector inmobiliario, aunque a un ritmo menor que en meses precedentes. Y el tirón de la demanda ha propiciado un repunte de los precios que aleja el fantasma de la deflación. Los analistas sostienen que ese escenario no hace previsible una recaída en la recesión o un parón del consumo, aunque admiten que tampoco el fin del 'bache económico' que la Reserva Federal dijo percibir en noviembre.
Según datos del banco central, la producción industrial creció el mes pasado un 0,1%, la primera subida desde el pasado mes de julio. Pero el cambio de tendencia del sector es muy localizado, por lo que no se puede hablar del fin de la crisis en la industria. Si se excluye la producción de automóviles y componentes, la producción industrial cayó un 0,2%. La tasa de ocupación ha pasado del 75,5% al 75,6%, los niveles más bajos desde la recesión de 1991.
El Departamento de Comercio informó que la construcción de viviendas creció en noviembre a un ritmo anualizado de 1,69 millones de unidades, lo que supone un incremento del 2,4% respecto a octubre. El ritmo de crecimiento, pese a ser menor que el de meses anteriores, se mantiene gracias al bajo precio de las hipotecas, el menor en 40 años.
Por su parte, los precios registraron un incremento del 0,1% en noviembre, debido al encarecimiento de los gastos médicos y de educación, que eclipsaron la rebaja de los precios energéticos. Esa subida ha llevado la tasa interanual del 2% al 2,2%, mientras que la tasa subyacente cae del 2,2% al 2%.
Este nivel de precios aleja, al menos de momento, el temor a una espiral deflacionista, aunque se acerca peligrosamente al suelo que el Fondo Monetario Internacional recomienda para evitar la caída constante de los precios.