Telefónica no garantiza el dividendo en sus participaciones preferentes
Las cuantiosas pérdidas con las que Telefónica cerrará este ejercicio -5.036,1 millones de euros hasta septiembre- han obligado a la operadora a introducir una salvedad en las condiciones de la emisión de participaciones preferentes que se puso en marcha el pasado lunes y se cerrará el próximo día 19. Los suscriptores tienen el dividendo de 2003 garantizado, puesto que se hará una excepción y se tomarán como referencia los resultados de 2001 y no los de este año.
A partir de ahí, sin embargo, el requisito imprescindible para cobrar dividendo será la obtención de beneficio neto consolidado, según consta en el folleto de la emisión de participaciones preferentes registrado en la CNMV. El propio regulador del mercado ha incluido expresamente una advertencia en el documento de Telefónica y avisa a los inversores de que 'no se garantiza el reparto de ningún dividendo a partir de la aprobación de las cuentas del ejercicio 2003'. La CNMV recuerda que, si bien la operadora ha tenido beneficios en 2000 y 2001, en estos momentos está en pérdidas.
La única salvedad que puede ayudar a que los tenedores de participaciones preferentes cobren el cupón en un año en pérdidas es que Telefónica, a pesar de los números rojos, decida pagar dividendos a sus accionistas, lo que obligaría a hacer extensivo el pago a la actual emisión.
Hasta 2.000 millones
Telefónica pretende captar en el mercado entre un mínimo de 1.500 millones y un máximo de 2.000 millones de euros con la venta de participaciones preferentes. Este producto es bastante peculiar y supone un híbrido entre la renta fija y la variable: el tipo de interés es el euribor a tres meses, con un límite mínimo del 4,25% y un máximo del 7%, pero existe el riesgo de no cobrarlo, ya que está ligado a la obtención de beneficios.
Entre las escasas compañías que han recurrido a esta fórmula de financiación está Repsol, que, al igual que Telefónica, no garantiza el cobro de dividendos si no hay beneficios. Esta compañía, sin embargo, jamás ha registrado pérdidas anuales. Sol Meliá también emitió participaciones preferentes y, en su caso, sí incluyó salvaguardias para los inversores. Para esta compañía, el beneficio distribuible no es sólo el beneficio neto (como en el caso de Telefónica), sino que le suma las reservas y la prima de emisión.
Además de los riesgos para los inversores, el folleto registrado en la CNMV detalla las comisiones que cobrarán los bancos colocadores de la emisión. El BBVA y La Caixa se embolsarán el 7,6% del total que se coloque, lo que equivale a un mínimo de 114 millones y un máximo de 152 millones.
En un momento de sequía de colocaciones y salidas a Bolsa, Telefónica supone un buen negocio para los dos accionistas que conforman su núcleo estable. Pese a todo, y para cumplir con el reglamento del consejo de administración de la operadora, los representantes de las entidades financieras se abstuvieron en la votación de la comisión delegada que aprobó la operación.
Como contrapartida, el BBVA y La Caixa se han comprometido a suscribir a partes iguales los 1.500 millones de la emisión al mismo precio que los inversores en caso de que la colocación fracase.
Ayer mismo, la agencia de calificación Standard & Poor's asignó un rating de BBB- a la emisión de preferentes, sólo un grado por encima de lo que se considera una inversión especulativa (bonos basura).