La creación de empleo se debilita, según un informe del Banco de España
El Banco de España percibe que se está produciendo un debilitamiento en el ritmo de creación de empleo en los últimos meses en relación con el primer semestre del año, desaceleración que afecta tanto a trabajadores asalariados como por cuenta ajena, según señala en su último informe de coyuntura económica publicado hoy.
Las afiliaciones a la Seguridad Social, en cambio, no recogen de forma tan clara el menor dinamismo del empleo, lo que "se explica en parte [según el instituto emisor] por el auge de las afiliaciones de extranjeros no comunitarios". El informe destaca la pujanza del empleo en la actual fase cíclica, aunque los datos del tercer trimestre de 2002 son inferiores a los registrados en igual periodo de los seis años anteriores.
"Estos datos se insertan en la senda de desaceleración que se había iniciado a principios de 2001, tras la breve interrupción de la pasada primavera", añade. A este respecto, señala que la sincronía entre la pérdida de empuje del empleo y la desaceleración del PIB hace que las ganancias de la productividad aparente sigan siendo "muy modestas", del orden del 0,5%. En cuanto al paro, afirma que el crecimiento interanual parece haberse estabilizado entre los meses de julio y octubre.
A su juicio, el ajuste del empleo en esta etapa de menor crecimiento económico y elevada incertidumbre se está llevando a cabo a través del empleo temporal, ya que las medidas para el fomento de la contratación indefinida están permitiendo que el empleo indefinido siga creciendo a tasas elevadas.
Sigue la desaceleración económica
El Banco de España constata en su informe que se mantiene la ligera desaceleración del PIB en el tercer trimestre, pese a la aceleración de la demanda interna. Igualmente, destaca la fuerte recuperación de la industria. Asimismo, indica que la pérdida de dinamismo del consumo privado ha sido menos intensa en los últimos meses que en la primera mitad del año, y subraya el importante crecimiento de los precios, fundamentalmente de la energía, los alimentos no elaborados y, en menor cuantía, de los bienes industriales no energéticos.