Roca asegura que la figura del consejero independiente es 'ambigua y ridícula'
Son cada vez más las voces que se quejan de que como consecuencia de una serie de escándalos financieros, la mayoría de ellos importados de fuera de nuestras fronteras y agravados por una recesión económica de la que aún no nos hemos recuperado, se están produciendo una serie de regulaciones y de toma de decisiones que se traducen en un mayor intervencionismo sobre el funcionamiento de las empresas y de determinados profesionales, como los auditores.
Así lo señaló ayer, por ejemplo, Mario Alonso, presidente de la agrupación primera del Instituto de Auditores-Censores Jurados de Cuentas de España, para quien la reforma de la ley de auditoría, realizada a través de la reciente Ley Financiera, que acaba de entrar en vigor, ha sido 'unilateral, parcial e intervencionista'. Pese a todo, Alonso asegura que los auditores deben ser optimistas. 'La Administración, los mercados financieros, los empresarios y la sociedad en general se darán cuenta de que es inútil matar al mensajero y echarle la culpa de todos los males, las crisis y los escándalos'.
En la misma línea, el abogado y ex parlamentario catalán Miquel Roca aseguró ayer que el actual clima de desconfianza sobre la transparencia de los mercados financieros es exagerado. 'Cuando la Bolsa se recupere, la confianza en los auditores y los analistas financieros también mejorará, ya que ahora los accionistas e inversores están descontentos y buscan responsables'.
Miquel Roca cuestionó ayer las medidas introducidas por la Ley Financiera y criticó muy especialmente la figura del consejero independiente, cuya figura, tal como se establece en la nueva ley, es 'ambigua, ridícula y confusa, ya que nadie sabe qué significa'. La regulación legislativa como reacción a los escándalos también fue objeto de las críticas de Jordi Canals, director general del IESE, para quien leyes como la Sarbanes-Oxley, establecida en julio en Estados Unidos, 'representan una regulación realizada por políticos, que cumple únicamente la función de contentar a la opinión pública'. El director general del IESE aseguró que cuando la Bolsa se recupere, 'los Gobiernos que hayan regulado por motivos políticos habrán hecho el ridículo'. Canals afirmó, además, que el término gobierno corporativo se ha convertido en una moda y alertó de que las modas suelen acabar fracasando. Los auditores también dedicaron buena parte de las jornadas a analizar los futuros cambios contables. El socio de PricewaterhouseCoopers, âscar Yebra, aseguró que el proceso de transición hacia las normas internacionales de contabilidad es una revolución desde el punto de vista contable que afecta a toda la organización e influirá decisivamente en la forma de hacer negocios.
José Antonio Gonzalo Angulo, presidente de la Comisión del Libro Blanco para la reforma de la contabilidad, explicó que se deberán realizar importantes reformas normativas para hacer viable la evolución hacia un sistema contable inspirado en las normas internacionales de contabilidad. El subdirector del ICAC, Enrique Ortega, afirmó que para adaptar la contabilidad internacional a las sociedades no cotizadas habrá que reformar el Código de Comercio. Y recomendó unificar en un sólo texto toda la normativa contable.