Japón vuelve a abrir sus puertas a la importación del jamón español
Más de 30 empresas españolas comenzaron a exportar productos derivados del cerdo ibérico a Japón a comienzos de 2001. Fue el inicio de un proyecto que vivieron con grandes expectativas ayudados por el Icex y por la Junta de Andalucía con la asistencia a las principales ferias agroalimentarias niponas. El objetivo era principalmente introducir los jamones ibéricos de alta calidad en los circuitos comerciales especializados en alimentos de lujo, como el caviar iraní.
Con unas previsiones de exportación de 12 millones de euros en el primer año, 2001, los empresarios embarcados en la iniciativa vieron de pronto truncadas sus expectativas cuando se detectó un brote de peste porcina clásica (PPC) en Lleida en junio de 2001. Nunca pudieron exportar más allá de tres millones de euros cuando ya manejaban previsiones de 24 millones en ventas para 2002.
Justo cuando remitía el brote catalán y los empresarios comenzaban a convencer a los japoneses de que volvieran a abrir sus fronteras, vino la debacle: se declararon dos casos en Albacete y Valencia. Japón cerró sus puertas definitivamente en noviembre del año pasado.
La decisión de reabrir las fronteras a los productos ibéricos españoles no resuelve, sin embargo, todos los problemas. Gran parte del sector trata ahora de acortar los plazos para que los productos puedan llegar cuanto antes a los canales comerciales nipones.
Garantía de trazabilidad
Los japoneses permiten la entrada de productos procedentes de cerdos sacrificados después del pasado 6 de noviembre. Eso significa que los primeros jamones y paletas no pueden ser comercializados hasta el año 2004, debido al extenso periodo de curación que precisan antes de su puesta en el mercado.
El vicepresidente de Iberaice (la rama del ibérico de la asociación cárnica AICE), Julio Revilla, asegura que gran parte del sector está tratando de convencer al Ministerio de Agricultura de que solicite a las autoridades niponas la entrada de productos procedentes de cerdos sacrificados antes del 6 de noviembre, siempre que éstos tengan un certificado de trazabilidad que garantice que proceden de zonas no afectadas por los brotes de peste.
El tiempo juega en contra de los exportadores españoles, ya que son los italianos los que, hoy por hoy, son considerados en Japón y en otros países como exportadores de jamón.