La jornada de protesta en Francia dificulta el tráfico aéreo europeo
Decenas de miles de funcionarios se movilizaron ayer en Francia, en defensa de los servicios públicos y en contra de su privatización, tal y como ha anunciado el Ejecutivo. La huelga tuvo un seguimiento muy desigual, según los sectores, aunque, sin duda, logró paralizar el control aéreo y el transporte urbano en las grandes ciudades galas. Esta jornada de protesta ha sido interpretada por los analistas políticos como un test para los sindicatos y para el Gobierno conservador, que ya ganó el lunes el pulso inicial a los camioneros, tras el escaso seguimiento que registró su huelga.
Además, ayer se desarrolló una manifestación que arrancó en la plaza Denfert-Rochereau de París, donde participaron miles de trabajadores. Este acto reivindicativo fue un ensayo para las siguientes citas ya programadas: la del personal de la empresa eléctrica EDF y la del gas GDF el 4 de diciembre y la de los docentes el día 8. El personal de estas dos compañías está preocupado por su estatuto y sus pensiones, en vista de la planeada privatización parcial de sendas compañías por parte del Gobierno. En otras provincias se celebraron manifestaciones de protesta. Así, más de 6.000 personas desfilaron en Toulouse (al suroeste del país), 5.000 en Rennes (noroeste), 2.000 en Grenoble (sureste), otros tantos en Caen (noroeste) y Clermont-Ferrand (centro).
El tráfico aéreo europeo sufrió una jornada de auténtico caos. Más del 80% de los vuelos en los aeropuertos de París fueron anulados. En el este, los aeropuertos estaban paralizados, al igual que en el sur, a causa del paro de los controladores aéreos, que finaliza hoy miércoles.
Varios sindicatos de Air France, opuestos a la privatización adicional de la aerolínea planeada por el Gobierno de Raffarin, llamaron a la huelga en esta jornada de 'acción nacional por la salvaguarda de los servicios públicos', pero, según la dirección, sólo entre el 5% y el 10% del personal secundó el paro. La huelga de los controladores provocó la anulación de aproximadamente 130 vuelos entre España y Francia, y algunas demoras en el espacio aéreo español y en varios aeropuertos de la red nacional por las regulaciones impuestas en los centros de control galos.
Ferrocarriles
La jornada de acción fue inicialmente obra de los trabajadores de la compañía estatal de ferrocarriles (SNCF), cuyos servicios nacionales, paradójicamente, fueron los menos perturbados.
El personal de la SNCF (más de 183.000 asalariados) protesta contra la supresión de mil contrataciones y denuncia 'la degradación programada del servicio público'. A su movilización se sumó el personal de otras muchas empresas públicas.
La huelga de Correos fue secundada por el 40% del personal, según fuentes sindicales. Sus colegas de France Télécom (con 206.000 asalariados) que les acompañaron al ministerio tienen miedo a recortes de plantilla en el plan de saneamiento que el presidente del operador, Thierry Breton, debe presentar el próximo día 4. Otros sectores que también sufrieron paros parciales fueron las autopistas y la sanidad.