El precio de la tierra registra la menor subida en ocho años
Los precios de la tierra para usos agrarios registraron en 2001 la menor subida de los últimos ocho años al crecer tan sólo un 3,6%, cifra que contrasta con los espectaculares incrementos registrados tras 1992, cuando la reforma de la política agraria común generó suficiente confianza en el ámbito agrario hasta el punto de valorar las explotaciones de manera inédita hasta entonces.
Así, a partir de 1993, año en que los precios sufrieron una leve caída de un 0,3%, comenzaron a repuntar hasta alcanzar en 1998 un 16,2%, crecimiento histórico desde que Agricultura comenzara a realizar la encuesta de precios de la tierra en 1983.
Según la última entrega de este estudio (que cuenta con una cobertura del 96% de los cultivos que se desarrollan en España), el precio medio de la hectárea agraria en España fue valorado en 2001 en 7.552 euros frente a 7.292 del año anterior, y frente a los 2.564 euros que costaba la hectárea de uso agrícola en 1983, año en que se inició el estudio. Desde entonces, la tierra cuesta un 194,6% más, en precios corrientes.
Por cultivos, los precios de la hectárea superiores a la media nacional los registran las explotaciones de labor de regadío y de mandarinas, limones, plátanos, frutales de pepita de secano , viñedo de mesa de secano y pastizales.
Comunidades autónomas
Por comunidades autónomas, han experimentado incremento superiores al 10% las tierras de labor de regadío, limón y frutales de fruto seco de secano de Murcia; los pastizales y el olivar de transformación de secano de Extremadura y todos los cultivos, pero, especialmente, los de plátano en Canarias.
En precios medios, destacan los crecimientos de Canarias, que superan en 50 puntos a la media nacional. La tierra cuesta menos este año en el País Vasco, que ya lideraba la tabla el año pasado con casi 30.000 euros de media la hectárea y La Rioja.
Experimentan un estancamiento Asturias, Cantabria, Navarra, y Aragón.
Por otra parte, el crecimiento del precio de viñedo y olivar supone que en cinco años solamente hayan superado la media nacional Andalucía y Castilla-La Mancha, regiones donde se concentra la mayor parte de esos cultivos en España, a los que más acudieron los agricultores durante los últimos años.
De hecho, los citados cultivos fueron en parte los culpables de los espectaculares crecimientos de los precios de la tierra en la segunda mitad de la pasada década.
El olivar, por ejemplo, experimentó una tendencia alcista en 1992, que sólo se detiene ahora, cuando el precio de la hectárea pasa de 15.789 euros en 2000 a 16.099 en 2001.
En los anteriores cinco años el valor de la hectárea creció cerca de un 150%. Similar tendencia ha seguido el viñedo, que cae casi 1.000 euros la hectárea en 2001, pero que desde 1995 hasta 2000 creció más de un 100%.