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Tecnología punta en las regatas

La regata Swan Cup es una de las más importantes de barcos de serie que se disputa en el mundo. La pasada edición, celebrada en Cerdeña (Italia), fue un momento clave para la empresa catalana Toni Tió. El barco ganador, Fas. net, estaba equipado con velas fabricadas en la sede de la compañía en Vilassar de Dalt (Barcelona). ¿Y qué tienen de especial estas velas? Sobre todo que pesan 20 kilos menos que las que fabricaban hasta entonces.

El triunfo en la regata fue el fin de un proceso que empezó hace cinco años, cuando la empresa se unió a la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) para conseguir reducir el peso de las velas de competición. Aunque en realidad la pasión de Toni Tió por el mar arranca mucho antes. 'Mi vocación verdadera era el mar, pero aquí no había navegantes profesionales ni empresas que no fueran artesanales'. Tió, entonces estudiante de ingeniería industrial, se fue a La Rochelle (Francia) en 1972 a trabajar en la firma Cheret. Después adquirió más conocimientos en la materia en Alemania y EE UU, antes de regresar a finales de 1978 a España, donde ese mismo año creó la empresa que lleva su nombre.

El reto constante de las velerías es disminuir el peso de los tejidos sin que éstos se deformen cuando se desplegan. Con ese objetivo Toni Tió empezó una investigación con la Universidad Politécnica de Barcelona (UPC), concretamente con el equipo de estructuras y elementos finitos dirigido por Eugenio Oñate. El proyecto contó con una subvención de 0,7 millones de euros procedentes de fondos europeos. Tras cuatro años de investigación, han desarrollado un programa informático que trata la vela como si fuera una membrana. Un estudio aerodinámico permite saber cómo el viento deforma el material en cada punto concreto. El tejido empleado para la fabricación de estos componentes es el denominado Cubben Carbon, fabricado por una compañía americana. De cualquier manera, Tió insiste en que el éxito de su nuevo producto no está en el tejido utilizado sino en el programa informático que les permite decidir cómo la fabrican. 'Nosotros pedimos a la compañía varias planchas con características levemente diferentes, pero el secreto está en cómo colocamos el tejido en la vela'. Esta forma de trabajo difiere de lo tradicional: 'Hasta ahora la investigación la hacían los fabricantes de tejido, en este caso hemos sido nosotros'. Tió asegura que el avance llegará a las embarcaciones de recreo, 'en el mundo de los barcos ocurre como en la Fórmula 1, y las velas que utilizamos ahora en competición estarán pronto al alcance de todos'.

La velería Toni Tió tiene su sede en Vilassar de Dalt (Barcelona), cuenta con una plantilla de entre 20 y 23 personas, y el año pasado alcanzó unas ventas de 2,5 millones. La previsión para el cierre de este año es llegar a los tres millones. En la actualidad, la firma Toni Tió está inmersa en un proceso de integración en un grupo, por el que tres empresas (Quantum, la empresa catalana y una compañía italiana) se unirán para 'entrar en la élite de las mejores velerías del mundo'. El 100% de las acciones de la nueva compañía Quantum Toni Tió quedará en manos de las tres firmas que lo integran.

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