De empleados a socios
Cuando en 1977, Joan Bufí i Gurdó y Joan Planas i Llagostera, fundadores de Euroquímica, decidieron regalar las acciones a sus trabajadores y cederles la gestión, la empresa gozaba de una buena situación económica.
Euroquímica, empresa líder en el segmento de pinturas de uso industrial, lleva 40 años en el mercado y desde hace 25 funciona como empresa social, sirve de referente a otras químicas y compite con las grandes multinacionales del sector.
Fundada en Mataró en 1962, atravesaba un momento de bonanza económica cuando en 1977 sus fundadores decidieron dejar la gestión en manos de los trabajadores. ¿Normal? La verdad es que no. No es fácil encontrar referentes.
Joan Bufí i Gurdó y Joan Planas i Llagostera repartieron las acciones entre su plantilla de forma gratuita
Carme Bufí i Planas, directora técnica de Euroquímica, argumenta sobre los motivos de aquella decisión: 'Mis familiares, muy avanzados a su tiempo y con una visión innovadora sobre el funcionamiento y gestión de la empresa, tenían una filosofía que se resume en la necesidad de implicar al empleado con su puesto de trabajo, haciéndolo partícipe tanto en la toma de decisiones como en los beneficios. Euroquímica es una sociedad anónima en la que los trabajadores son los únicos propietarios de la empresa'.
El grado de acierto de aquella decisión se puede medir con los resultados obtenidos en los últimos años por la compañía, que ha seguido una trayectoria ascendente pasando de facturar 10 millones de euros en 1997 a los 17 del último año, en el que ha incrementando un 33% sus exportaciones. Se deduce que la autogestión ha sido un éxito y que en absoluto ha restado competitividad a la organización.
Recibida la herencia, ¿cómo se articula la toma de decisiones? Los fundadores no querían que la empresa perdiera con el tiempo su filosofía de autogestión, por lo que vincularon la entrega de acciones al grado de responsabilidad asumida. Así, el reparto se realizó de forma ejemplar, entre toda la plantilla, 21 trabajadores: a mayor grado de implicación en la toma de decisiones, mayor número de acciones. Actualmente, Euroquímica cuenta con una plantilla de más de un centenar de trabajadores, de los cuales 83 son accionistas y el único requisito para poder comprar acciones es la permanencia en la compañía durante tres años. Si un socio desea abandonarla, tiene tres meses para vender los títulos al consejo de administración. A partir de ese momento, las acciones pasan a nuevos colaboradores o a accionistas que quieran aumentar su participación.
Las últimas tendencias de gestión ponen el énfasis sobre la responsabilidad social de las empresas, pero ¿cómo se define una empresa social?
Según declara Carme Bufí, para que una empresa tenga un carácter social 'es fundamental que los intereses de las personas vayan siempre por delante incluso de los de la propia empresa'.
El método para obtener tan alto grado de implicación laboral en la gestión depende de 'que los empleados sientan como suya la empresa. æpermil;sa es la principal motivación y estímulo a la hora de aportar ideas, conocimientos y experiencias', explica Bufí. El trabajo en equipo y la toma democrática de las decisiones parecen ser la forma más positiva de afianzar la idea de que es mejor trabajar por la rentabilidad a largo plazo que un beneficio a corto.
Carme Bufí señala al equipo humano y a unos estrictos estatutos, que obligan a reinvertir hasta el 60% del resultado del ejercicio anterior en la propia compañía, como verdaderos responsables del crecimiento sostenido que está experimentando Euroquímica.
Un modelo de autogestión empresarial
Euroquímica, donde el componente innovación pesa tanto en la cuenta de resultados, destina el 20% de los beneficios a I+D. Pero la gestión del talento tampoco es un tema baladí. Sus profesionales reciben salarios comparables con el mercado y, además, incentivos y dividendos. Uno de los factores esenciales para la rentabilidad de la compañía radica en la investigación constante sobre nuevos productos y técnicas propias, lo que permite a Euroquímica avanzar tecnológicamente sin pagar royalties a las multinacionales. Autogestionada desde 1977, la madurez del modelo llevó a Euroquímica a crear diez años después la Fundación Bufí y Planas, con el propósito de fomentar la investigación y la formación en materia de tecnología de revestimientos. La citada fundación, cuyo principal objetivo es la divulgación del valor humano del trabajo integrado en un fin socioempresarial común, premia cada temporada a los empresarios que se hayan distinguido en estos valores. La filosofía de estos galardones se basa en el legado de sus fundadores, Bufí y Planas, que creían que 'capital y trabajo no son conceptos antagónicos, sino complementarios e indisolubles frente al objetivo común de la creación de riqueza'. ¿Cundirá el ejemplo?