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Derivados

Opciones sobre futuros

A diferencia de los futuros, estos derivados limitan el riesgo siempre que las opciones sean compradas. Una estrategia que utiliza estos instrumentos es la que consiste en la venta de 'calls' con poca probabilidad de que se ejerciten

A pesar del rápido crecimiento y diversificación de los mercados de futuros, el propósito inicial sigue siendo proveer un mecanismo eficiente y efectivo para manejar el riesgo de los precios. Comprando o vendiendo contratos de futuros, los individuos y las empresas buscan un seguro que les proteja de cambios adversos en los precios. Esto se conoce como cobertura. Sin embargo, otros participantes en el mercado de futuros son los inversores especuladores que aceptan el riesgo que los cubiertos desean evitar.

La mayoría de los especuladores no tienen intención de entregar (o que les entreguen) el activo inherente en el contrato, sino que buscan más el beneficio de un cambio en el precio. La interacción de especuladores y aquellos inversores que quieren cobertura proporciona liquidez y crea un mercado activo y competitivo.

Para aquellos inversores que entienden y están dispuestos a soportar el riesgo al que están expuestos existen numerosas estrategias en las que los futuros se pueden usar combinando con bonos, acciones u otras inversiones. Pero aquí cuidado, la especulación no es apropiada para cualquiera, porque así como se pueden obtener ganancias sustanciales en un breve periodo de tiempo, también es posible incurrir en grandes pérdidas.

En muchas ocasiones los inversores prefieren utilizar opciones sobre futuros en vez de futuros, ya que es una buena alternativa que además limita el riesgo cuando las opciones son compradas. Las estrategias que los traders efectúan con derivados no son muy diferentes de las que hemos ido explicando durante semanas, pero sí existen matices importantes que vamos a intentar resumir a continuación. Por ejemplo, existe una estrategia conocida como dual credit spread y que consiste en vender opciones calls con una alta probabilidad de que no se ejerciten, es decir, que terminen sin valor. Para estar tranquilos y no sufrir el riesgo ilimitado de las opciones vendidas, se compran opciones call con precio de ejercicio superior a las anteriormente vendidas para tener un seguro en el caso de que el mercado se mueva fuertemente. Si el mercado no supera el precio de ejercicio de las calls vendidas, ganamos. Nuestro beneficio sería la diferencia positiva generada entre las primas vendidas y las compradas. La estrategia tiene un atractivo adicional, porque el inversor no necesita conjeturar dónde irá el mercado, sino dónde no irá, que en muchas ocasiones es más fácil de predecir. Los traders efectúan esta estrategia unos 25 o 45 días antes del vencimiento de las opciones. Aunque se puede realizar para periodos más largos, es preferible hacerlo justo cuando las opciones comienzan a perder valor temporal.

Estrategia de 'bondor'

Existe otra estrategia que intenta aprovecharse de la pérdida de valor temporal de las opciones conocida como bondor. Cada mes, 10 o 15 días antes del vencimiento, se hace una estimación de dónde podría estar el mercado al vencimiento. Nuestra estimación no tiene por qué ser exacta para ganar algo, sólo se necesita un rango donde puede terminar el mercado.

La construcción de la estrategia es idéntica a un cono vendido (venta de calls y puts) con el precio de ejercicio lo más cercano posible a la estimación que hemos hecho de dónde terminará el mercado. En ocasiones, los traders compran un cono en un intento de limitar las pérdidas en caso de no acertar en su estimación, aunque se hace a costa de perder beneficio potencial. Los inversores esperan esos 10 o 15 días. Si la predicción fue buena o muy cercana al precio objetivo que escogimos, se gana. Si el mercado termina lejos, se pierde.

Hay que destacar que no es importante si al vencimiento el mercado está por encima o por debajo de nuestra predicción, sólo interesa que esté bastante cerca.

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