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Seguros

Retrato robot de un asegurado

Entre 40 y 50 años, casado, con responsabilidades familiares y urbano. æpermil;ste es el estereotipo del cliente del seguro de vida, según recientes estudios

Los españoles comienzan a asegurarse aproximadamente a los 30 años. Son, en general, más tardíos que sus vecinos europeos. Entre los 30 y los 40 años, hombres y mujeres están principalmente preocupados por su posible fallecimiento. De hecho, el número de seguros de vida que se contrata triplica, en esta década, al número de seguros de jubilación que se adquieren. Es, en general, el momento vital en el que las personas asumen mayores responsabilidades (matrimonio, hijos, suscripción de créditos…).

El estudio sociológico de Intergallup pone de manifiesto que 'estar casado o casada incide en el hecho de contratar un seguro'. 'Las personas con responsabilidades familiares (sobre todo aquellas que tienen hijos) perciben habitualmente la incertidumbre sobre la marcha futura de sus gastos y de sus recursos, motivo por el cual se decantan por fórmulas de ahorro aseguradas'. 'No hay', según los responsables de este trabajo, 'diferencia acusada entre los sexos, de forma que, al contrario de lo que quizá cabría sospechar, suscribir un seguro no es cosa de hombres'. Quienes contratan seguros de fallecimiento tienen, de media, unos ingresos superiores a los 1.200 euros al mes.

Los españoles empiezan a preocuparse por su jubilación a partir de los 41 años. Como, media, el español se plantea ahorrar para la jubilación en un entorno máximo de 25 años (diferencia entre la edad de comienzo de ahorro y los 65 años de la jubilación teórica). Es en esta década, cuando se contrata un mayor número de seguros de vida de jubilación (o planes de jubilación), entendidos éstos como productos de ahorro sistemático (habitualmente garantizado en el largo plazo) con el objetivo finalista de otorgar una prestación en el momento del retiro laboral.

Con la nueva redacción del IRPF se limitan los porcentajes de deducción por estos seguros a dos (el 40% y el 75%) frente a los tres actuales

Las personas que se decantan por estos seguros suelen tener uno o dos hijos y gozar de ingresos medios (a partir de 720 euros al mes). La mala noticia respecto a estos productos es que más allá de los 50 años, los españoles dejan de preocuparse por ellos.

Los hombres con edades comprendidas entre los 40 y 50 años y con ingresos superiores a los 1.500 euros al mes son los más habituales suscriptores de segurfondos, seguros de vida en los que el cliente asume el riesgo de la inversión.

Finalmente, los seguros de ahorro, entendidos como fórmulas de ahorro sistemático y garantizado a plazos diferentes (más cortos) que el de la jubilación y sin un carácter tan marcadamente finalista como éstos, son más habituales en los hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 30 y 50 años y con unos ingresos superiores a los 1.500 euros mensuales.

Las preferencias de los españoles ante los diferentes productos de seguros de vida se encuentran muy repartidas territorialmente: los aragoneses, vascos y murcianos son quienes suscriben un mayor número de segurfondos. Los residentes en Baleares, Murcia, Cataluña y Extremadura son los españoles que, en mayor medida, apuestan por los seguros de vida para la jubilación. Cubrir la posibilidad de fallecimiento con un seguro de vida es más habitual en Cataluña, Asturias, Canarias y Navarra que en el resto de España.

Del análisis de los resultados, Intergallup extrae tres conclusiones. Primera: 'Aunque los españoles están tomando conciencia de la importancia y posibilidades del ahorro privado, esta conciencia es todavía mucho más reducida de lo que podría ser'. Segunda: 'A medida que aumenta el nivel de estudios, existe una mayor preocupación por garantizar la seguridad económica en el futuro a través de los seguros de vida'. Tercera: 'La preocupación por la prevención y el ahorro de los españoles es proporcional a los ingresos disponibles, es decir que, cuantos más ingresos tiene el ciudadano, más quiere ahorrar y prevenir las posibles contingencias económicas que puede tener en el futuro'.

En cuanto a la fiscalidad, estos productos de ahorro incorporan novedades a partir del próximo año. La nueva redacción del IRPF limita los porcentajes de deducción a dos (el 40% y el 75%) frente a los tres actuales y hoy por hoy vigentes del 30%, 65% y 75%. 'A las prestaciones percibidas en forma de capital (procedentes de determinados contratos de seguros) les resultarán de aplicación los siguientes porcentajes de reducción: el 40% para las que correspondan a primas satisfechas con más de dos años de antelación a la fecha que se perciban y el 75% para las que correspondan a primas satisfechas con más de cinco años de antelación a la fecha que se perciban. Igualmente se aplicará el porcentaje del 75% sobre el rendimiento total derivado de prestaciones de estos contratos que se perciban en forma de capital cuando hayan transcurrido más de ocho años desde el pago de la primera prima', dice el nuevo texto. 'Estas reducciones no se aplicarán a las prestaciones percibidas en forma de renta'. Hasta aquí las buenas noticias para el seguro.

Las malas afectan de lleno a los segurfondos. A partir del próximo 1 de enero, cambiar de fondo de inversión será gratuito desde un punto de vista fiscal. Los seguros de fondos pierden así, por comparación, uno de sus principales atractivos.

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