La Ley de Cajas catalana limita a ocho años el mandato presidencial
La reforma de la Ley de Cajas catalana propuesta por el Gobierno de la Generalitat limita el mandato de los presidentes de estas entidades a sólo ocho años. Aunque, teóricamente, la limitación es de 20 años, lo cierto es que un presidente de caja sólo podrá ejercer la presidencia durante dos mandatos consecutivos de cuatro años. Luego deberá dejar un paréntesis de otros ocho años para volver a optar a entrar en el consejo. En ese caso remoto, sería cuando la limitación de 20 años entraría en juego.
Esta norma es menos flexible que la que fija la Ley Financiera del Gobierno central, que permite a los presidentes de las cajas de ahorros agotar dos mandatos de seis años, con lo que pueden estar al frente de la entidad un total de 12 años.
Según el modelo de incompatibilidades catalán, siete presidentes de cajas catalanas se verían afectados en el plazo de poco más de un año, ya que acumulan más de ocho años al frente de la caja correspondiente. Sin embargo, el consejero jefe Artur Mas ha decidido aplicar la norma transitoria estatal recogida en la Ley Financiera de forma que los presidentes actuales podrán renovar por un mandato más, pese a llevar más de ocho años en el cargo. Así, el presidente de Caixa Terrassa, Oriol Badía; el de Caixa Tarragona, Gabriel Ferraté, y el de Caixa Laietana, Antoni Bonamusa, podrán presentarse a la reelección en el año 2004 pese a llevar 12 años en el cargo.
Por su parte, el presidente de Caixa Cataluña, Antoni Serra Ramoneda, podría acogerse a la misma norma transitoria, ya que debe renovar su mandato en el primer semestre de 2004 y no cumple 20 años de antigüedad hasta noviembre del mismo año. Sin embargo, está previsto que abandone el cargo.
Quienes obligatoriamente deben dejar la presidencia son el presidente de Caixa de Manlleu, Pere Rifà, y el de Caixa Penedés, ambos con más de 20 años en el cargo. Finalmente, el presidente de La Caixa, Josep Vilarasau, que sólo lleva cuatro años en el cargo, también deberá retirarse, puesto que la reforma catalana establece que la incompatibilidad afecta a todos los 'miembros de la asamblea y vocales del consejo de administración cuando éstos hayan ejercido durante más de 20 años los cargos de presidente del consejo de administración o de director general en la misma o en otra caja de ahorros'. Vilarasau fue director general de La Caixa entre 1976 y 1999.
Por su parte, el presidente de honor de La Caixa, Juan Antonio Samaranch, aseguró que 'cuando una cosa va bien, y La Caixa va bien, es una tontería tocarla'.