En busca de fondos éticos
En España existen 12 de estas entidades, apenas el 5% de las existentes en Europa, lo que demuestra que nuestro país se encuentra todavía en una primera etapa en responsabilidad social de las empresas
En Europa existen 251 fondos de inversión socialmente responsables según el último informe de Siri Group, publicado en el segundo semestre del año 2001. Los países europeos con mayor crecimiento en los últimos años, además del Reino Unido, con 62 fondos, son Francia, con 38 fondos y un crecimiento del capital invertido de más de 170% entre los años 1999 y 2001, y Alemania, con 22 fondos y un espectacular crecimiento en el mismo periodo de más del 300%. Otros países con un número importante de fondos son Suecia, con 34 fondos, y Bélgica, con 33 fondos. Según los datos ofrecidos por Siri Group para 2001, el capital invertido en los fondos de inversión socialmente responsable en Europa era 15,6 mil millones de euros. Hemos de tener en cuenta que esta cifra no es el total del capital invertido en el ámbito de las inversiones socialmente responsables. El informe no incluye las carteras privadas de inversión de instituciones sociales gestionadas a partir de criterios de preselección éticos, sociales o medioambientales.
En el Reino Unido estas carteras privadas representan el 94% de este tipo de inversiones. La iglesia anglicana gestiona su capital con criterios ético-sociales a través de The Church Commissioners y The Central Board of Finance. La iglesia metodista gestiona sus inversiones a través de The Central Finance Board of the Methodist Chuch. Además, desde que en 1999 el Gobierno británico reformó la ley de fondos de pensiones (the Pension Act) incorporando la obligatoriedad de que los gestores de los fondos informen si adoptan criterios de preselección éticos, ecológicos y sociales, ha habido un incremento considerable de los fondos de pensiones que incorporan esta preselección de la cartera. En Francia, en los últimos dos años, se han aprobado tres leyes que favorecen las inversiones socialmente responsables a través de la generalización del ahorro salarial y los fondos de pensiones. En Alemania se aprobó en febrero de este año la reforma de los fondos de pensiones para incluir criterios ético-sociales. También hay leyes favorables en Bélgica, Holanda y Suecia. La Comisión Europea presentó en junio del año 2001 el Libro Verde para fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas, donde se afirma la potencialidad que las inversiones socialmente responsables tienen para apoyar a las empresas a conocer qué tipo de políticas de responsabilidad social deben construir.
La responsabilidad social de la empresa es uno de los puntos importantes de la agenda financiera europea y cada vez cotiza más en las Bolsas europeas. Así lo demuestra la existencia de diferentes índices financieros que valoran las empresas a partir de comportamientos éticos, ecológicos y sociales. Entre estos índices destacamos: Dow Jones Sustainability Indexes, FTSE 4 Good Indexes, Ethical Indexes Management System, Arese Sustainable Performace Indexes. En España, la mayoría de los fondos de inversión éticos y socialmente responsables aparecieron en el año 1999. Actualmente existen 12 fondos socialmente responsables: 7 fondos éticos, 5 ecológicos. Además de los anteriores, existen 3 fondos solidarios. El desarrollo de las técnicas de preselección de la cartera a partir de criterios de responsabilidad social de las empresas está aún en las primeras etapas, si nos atenemos al desarrollo de los fondos en Europa.
Nueve de los doce fondos de inversión ético-ecológicos incluyen en su política criterios negativos. Los tres restantes sólo actúan con criterios de preselección positivos. Los criterios negativos son: la industria militar, la industria del tabaco, empresas que violan los derechos humanos, la industria de la energía nuclear, empresas que destruyen la capa de ozono, con prácticas contrarias al medio ambiente, empresas que realizan prácticas de manipulación genética, empresas que destruyen bosques tropicales y empresas que realizan prácticas graves contra la salud pública. Lo siguiente sería iniciar el diálogo constructivo con las empresas que se incluyen o se excluyen en los catálogos de valores invertibles de estos fondos. De esta forma podríamos avanzar hacia proyectos de cooperación entre los inversores, las instituciones de gestión de fondos de inversión y las empresas.
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