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Jerez exporta a Japón el arte de servir el vino

Ryo Someya y Tatsufumi Fujii se han convertido en dos de los mejores venenciadores de vinos de Jerez del mundo. Los dos profesionales hosteleros japoneses han resultado ganadores de una de las doce plazas que dan derecho a ostentar el título oficial de venenciador de vinos jerezanos fuera de España.

La venencia es el arte e instrumento que sirve para recoger el vino de la bota (tonel) y verterlo sin derramar desde una distancia mínima de 30 centímetros en el interior de un catavinos.

Se trata de una iniciativa del Consejo Regulador de los Vinos de Jerez y la Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, dentro de su agenda anual de actos destinados a promocionar los caldos del marco de Jerez fuera de España.

Al concurso se presentaron 500 aspirantes, de los que 33 llegaron a la final y sólo 12 lograron el título oficial de venenciador de vinos de Jerez

El consejo firmó a principios de este año un acuerdo con las asociaciones japonesas de sumilleres, de barman y de barman de hoteles (los tres principales colectivos profesionales de hostelería del país, que cuentan con más de 16.000 afiliados), para impartir los cursos y hacer entrega de la titulación de venenciadores oficiales del vino de Jerez. Fuentes del Consejo Regulador jerezano aseguran que sus más optimistas previsiones se han visto desbordadas. Más de 500 profesionales hosteleros nipones acudieron a la primera convocatoria de las pruebas, en la primavera pasada, motivo por el que los organizadores tuvieron que recurrir a un sistema de eliminatorias para conceder los títulos.

Los 500 aspirantes iniciales quedaron reducidos finalmente a 33 concursantes, que lucharon entre sí en la gran final celebrada en el Hotel Grand Hyatt de Tokio el pasado martes. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jerez y Manzanilla, con el patrocinio de la Junta de Andalucía, efectuó en la capital nipona el examen final de los 33 seleccionados finalistas, de ellos seis mujeres, que llegaron al final de las pruebas de cata y cultura vinícola.

Se trataba del proceso final de un concurso repleto de exigencias tanto teóricas como prácticas. Las teóricas versaron sobre la historia del vino de Jerez, la viticultura, el método de elaboración y crianza, los diversos tipos de vinos de Jerez, su conservación y servicio así como su combinación con los distintos tipos de comida. El práctico consistió en la demostración del arte de la venencia así como en una cata de vinos.

El maestro venenciador Jesús Delgado, miembro del jurado y representante del Consejo Regulador de Jerez, afirmó que 'a los japoneses les falta un poco de confianza y práctica, pero esto es un arte y una cultura, como el flamenco, que se adquiere soltura con la constancia'.

Los 12 japoneses recibieron de manos de Francisco Valencia, presidente de la Asociación de Exportadores de Vinos de Jerez y vocal del Consejo Regulador, el título oficial de venenciador 'en virtud de los méritos en la maestría del arte de la venencia y el conocimiento de los vinos de Jerez y toda su cultura'.

El oficio de venenciador es considerado estratégico por el Consejo Regulador como imagen de marca en eventos públicos. El oficio tiene también una vertiente cotidiana consistente en extraer cada día el vino para que el sumiller lo cate y decida el tratamiento más oportuno.

Pero para los responsables de la calidad del vino jerezano lo principal es la figura del venenciador como garantía de calidad del caldo y como reclamo en las muestras públicas. Según los expertos, la venencia es el último toque de calidad que recibe un buen vino, ya que arranca el líquido situado en la mitad de la bota y su calidad se aviva al chocar con las paredes del catavinos, lo que le da fuerza para la degustación.

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