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Pérdidas

La tercera parte de los miembros de la Bolsa de Madrid, en números rojos

La tercera parte de los miembros de la Bolsa de Madrid sufrió pérdidas en los nueve primeros meses del año. 17 de las 51 entidades miembros del mercado. 14 de ellas son sociedades o agencias de valores, y hay tres bancos. A nivel agregado el sector todavía está en beneficios, y presentó hasta septiembre unos resultados de 150,6 millones de euros. Estos beneficios son un 39,4% inferiores a los obtenidos en los nueve primeros meses de 2001.

El volumen de minusvalías registradas por las 17 entidades que han perdido dinero suma 23,8 millones de euros. Entre ellas hay de todo, aunque la mayor parte son firmas nacionales que han sido compradas por extranjeros. La entidad que peor lo ha pasado ha sido Benito y Monjardín, del grupo Espírito Santo, cuyas minusvalías ascienden a 7,8 millones de euros. GVC, recién comprada por Crédit Suisse, ha perdido 3,1 millones, y Safei, propiedad del grupo Fineco, 2,7 millones de euros.

Morgan Stanley, una de las grandes del parqué y heredera de AB Asesores, ha sufrido un quebranto de 2,5 millones. La firma especializada en Internet Consors ha perdido otros 2,1. Otro extranjero, ABN Amro, ha registrado números rojos por algo más de un millón.

Mucho mejor han marchado las cosas en Merrill Lynch. Aunque el banco de inversión estadounidense vive tiempos complicados en Wall Street, en Madrid ha ganado 26 millones de euros. Esta firma sólo ha sido superada por BSCH Bolsa, que ha obtenido un resultado neto de 29,1 millones de euros. El otro grande, BBVA, gana 25 millones.

Pese a la proliferación de los números rojos, el descenso global del beneficio en las entidades miembros de la Bolsa de Madrid ha sido menos abultado que en periodos anteriores. En el primer trimestre del año, por ejemplo, el descenso de los beneficios ascendió al 58% sobre el mismo periodo de 2001.

Los intermediarios han sufrido durante esta crisis la apatía del inversor minorista, que ha abandonado el mercado tras más de dos años de caídas ininterrumpidas. Además, la estructura de buena parte de las entidades estaba sobredimensionada, es decir, estaba construida como si la fiebre de Internet y la efervescencia de los mercados de la segunda mitad de los 90 fuese a durar eternamente.

Supervisión

Ante esta situación, los reguladores han extremado el control sobre las firmas del mercado, aunque de momento ninguna de ellas ha presentado problemas de solvencia. El rebote registrado por los mercados a partir de septiembre, esto es, coincidiendo con el inicio del cuarto trimestre, puede enjugar en parte las pérdidas o los menores beneficios del sector.

Lo que no ha llegado, de momento, han sido los despidos que sí se han registrado en otras plazas financieras. Aunque los rumores de regulación de empleo saltan un día sí y otro también.

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