Guerra en el mercado de los genéricos
Los laboratorios de genéricos están en liza. La política de promoción de especialidades farmacéuticas genéricas (EFG) no ha dado los resultados deseados y los fabricantes -algunos ligados a laboratorios multinacionales, otros pequeñas compañías farmacéuticas locales- están teniendo dificultades para competir en un mercado que factura más de 6.000 millones de euros, pero en el que sólo han logrado una cuota de participación del 3%.
El detonante del conflicto han sido las bonificaciones a los boticarios, una práctica antigua en este ámbito comercial. Algunos laboratorios de genéricos, para vender más, han optado por hacer descuentos a sus clientes, los farmacéuticos, utilizando la vieja fórmula del 3 x 2. Dos productos pagados, uno regalado.
Ante esta circunstancia, ocho fabricantes de genéricos -Merck Genéricos, Bayvit, Normon, Alter, Rathiopharm, Géminis, Mabo Farma e Industrial Fábrica Cantabria- han denunciado ante Farmaindustria a tres competidores -Cinfa, Edigen y Larec- alegando que el recurso a las bonificaciones vulnera el Código de Buenas Prácticas para la Promoción, el código deontológico que la patronal elaboró en la primavera de este año. Por no pertenecer a Farmaindustria, Larec no puede ser expedientado.
La denuncia es el último episodio de una guerra que lleva tiempo librándose en dos campos de batalla diferentes. En uno, los laboratorios de genéricos, en competencia entre sí para ver quién pervive en un mercado tan estrecho como el actual; en otro, industriales y boticarios.
En la notificación de iniciación de procedimiento remitida por Farmaindustria, los denunciantes acusan a estas tres empresas de vulnerar el artículo 10 del código deontológico, aquel que se refiere a los incentivos. Farmaindustria sólo considera admisible la entrega de obsequios tales como utensilios de uso profesional en la práctica médica o farmacéutica o productos de despacho de valor poco significativo -menos de 19 euros- y opina que el uso de bonificaciones atenta directamente contra el buen hacer y pone en peligro el mercado de los genéricos.
Los denunciantes advierten que con esta práctica las tres compañías están incentivando la prescripción de sus productos. Denunciados y farmacéuticos niegan esta última acusación.
La sanción está en marcha. No hubo acuerdo en conciliación, uno de los trámites que prevé el código deontológico, y el Jurado para la Autorregulación ha dictado sentencia.
Respeto a la ley
Los denunciados, que tienen de plazo hasta hoy para recurrir, han preferido guardar silencio sobre la sanción, tal y como obliga el código hasta que finaliza el trámite. Javier Ibilcleta, director general de Cinfa, ha señalado su convicción de que se han respetado 'absolutamente' las leyes del IVA y del Medicamento.
Diversas fuentes consultadas aseguran que detrás de esta denuncia hay un intento de los grandes laboratorios de genéricos de terminar con aquellos otros que estarían dispuestos a participar en una política de prescripción por principio activo, como la que está llevando adelante Andalucía, y que ha despertado interés en el actual equipo ministerial que encabeza Ana Pastor.
Otra guerra es la que están librando los farmacéuticos y la industria. La firma del pacto de estabilidad durante el mandato de Celia Villalobos fue interpretado en ciertos ámbitos como una derrota para los boticarios, que un año antes habían tenido que aceptar el Real Decreto 5/2000 y vieron cómo la industria arrancaba a Sanidad un crecimiento anual del 9,5%.
El repunte del gasto en los últimos meses y la opinión generalizada, tanto en el seno del PP como del PSOE, de que es necesario adoptar medidas de control han hecho concebir a estos profesionales la esperanza de que pueden encontrarse en una posición de mayor fuerza. Si se fomenta la prescripción por principio activo, como al parecer pretende Sanidad, los boticarios podrían gestionar más favorablemente su cartera de pedidos.
Ellos insisten en que las bonificaciones con factura son absolutamente legales y se apoyan en el hecho de que el Ministerio de Sanidad haya dado marcha atrás en su intención de prohibirlas en la Ley de Acompañamiento.
Un portavoz de Sanidad declaró que este departamento 'considera que las bonificaciones no son una buena práctica y no ha renunciado a regular el fenómeno, pero ha preferido negociarlo con las comunidades autónomas' antes que imponerlo por una ley. Sanidad considera que algunas de las bonificaciones que se están haciendo son 'escandalosas' y que la industria y los farmacéuticos no deberían olvidar que éste es un mercado regulado con márgenes fijos.