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Comercio exterior

La arquitectura & española opta a la transformación urbanística de China

Cuando a un promotor chino no le gusta el proyecto que ha realizado el arquitecto nunca lo dice. Simplemente responde que el mercado no lo aceptará. Así lo explicó el arquitecto barcelonés Marcià Codinachs durante las jornadas técnicas que se celebraron la semana pasada en Pekín y Shanghai para promocionar la arquitectura española.

Las jornadas, donde participaron Luis Vidal, del estudio madrileño Lamela; Mar Loren, del estudio malagueño Asenjo; José Luis Mateo, de la firma barcelonesa MAP Arquitectos; Miguel Villegas, gerente del proyecto almeriense El Toyo, o Joseph-Antonio Acebillo, arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona, entre otros, mostraron a la audiencia china un panorama de la arquitectura española. También repasaron algunos proyectos emblemáticos en curso y explicaron la transformación de Barcelona con ocasión de los Juegos Olímpicos de 1992 y la organización de la Exposición Universal en Sevilla.

Pekín celebrará los Juegos Olímpicos en 2008 y Shanghai aspira a lograr la Exposición Universal de 2010. Estos dos eventos han sido el gancho utilizado por el Instituto Español de Comercio Exterior (Icex) para realizar estas jornadas en colaboración con el Consejo de Arquitectos.

'Aunque ya es un poco tarde para optar a los proyectos de los Juegos de Pekín, se trata de un primer paso para que los arquitectos españoles abran los ojos a la realidad de este país', señalan fuentes de la Oficina Comercial de España en la capital china. Porque no sólo los juegos crearán oportunidades. Pekín tiene en marcha un proceso de transformación urbanística que modificará profundamente su paisaje en los próximos años y abrirá oportunidades, tal como explicó Ke Huanzhang, miembro del Comité de Construcción y Planificación Urbanística de la capital. Ke repasó en detalle la creación del denominado CBD (siglas en inglés de Distrito Central de Negocios), un barrio de una superficie de cuatro kilómetros cuadrados que el Gobierno chino pretende convertir en un Wall Street sembrado de rascacielos.

Pero trabajar en China no es fácil. Según Codinachs, que tiene proyectos en marcha en Shanghai y Pekín, hay que tener muy presente las especiales características de la cultura y la organización del país, que obliga a colaborar en las últimas fases del proyecto con un socio local. Codinachs, que es profesor en la Universidad Politécnica de Cataluña, prevé abrir en febrero de 2003 una oficina permanente en Shanghai, y después en Pekín.

Por su parte, el estudio Lamela, que tiene experiencia en el diseño de estadios, sigue con interés la convocatoria del concurso del estadio olímpico de Pekín. '¡Quién sabe!, de momento vamos a ver las bases', dice Vidal. 'Aquí es muy difícil establecerse, normalmente entras con un proyecto puntual'. En cualquier caso, según aseguran profesionales con experiencia en el país, la condición número uno para trabajar en China es dejar atrás buena parte de lo adquirido. 'Venir con los ojos europeos es inútil'.

La importancia del 'feng shui'

Marcià Codinachs, del estudio Codinachs, Nadals y Associats, ofrece una serie de consejos para aquellos arquitectos españoles que quieran trabajar en China.Uno: 'Shanghai y Pekín están ávidos de colaboraciones internacionales, pero hay que ofrecer un factor diferenciador respecto a lo que están realizando los estudios estadounidenses o del norte de Europa'. Dos: 'En China hay una fuerte relación de la arquitectura con el entorno. La orientación del edificio, el feng shui, las ubicaciones positivas y negativas... Hay que entender todo esto'. Tres: 'Es clave conocer la estructura de todas las formalidades administrativas, como los permisos'. Cuatro: 'Ser muy consciente de los requisitos de las viviendas chinas. La aproximación europea a la vivienda es muy distinta de la china'. Cinco: 'El proyecto se divide en cuatro etapas. Las dos primeras (esquema y propuesta) se pueden realizar al 100%, la tercera (profundización) y la cuarta (planos de detalle) hay que desarrollarlas con un instituto local, que es el que firma'. Finalmente: 'Hay que dar respuesta a la configuración del proyecto, a la calidad del diseño, a los requisitos del cliente, a la normativa y al acabado final de las obras'.

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