Polonia: retos y oportunidades
Polonia, en el corazón de Europa Central y con cerca de 40 millones de habitantes, se presenta como uno de los primeros países candidatos a la ampliación de la Unión Europea. Indicadores tales como un PIB per cápita de 4.000 dólares, un crecimiento económico del 4% en 2000 y un 1,1% en 2001 derivado de la situación económica mundial, con previsiones del 1,9% en 2002 y un déficit público en 2001 en torno al 4,5% del PIB, nos muestran el esfuerzo económico que están llevando a cabo las autoridades polacas, fruto de su estabilidad política.
El sector empresarial español apoya la ampliación de la UE, que va a suponer una serie de retos y oportunidades, convirtiéndose en la ampliación más numerosa y de mayor trascendencia política de toda la historia de la Unión. Podemos afirmar que a nivel institucional las relaciones entre España y Polonia están completadas en la medida en que, en el ámbito de los acuerdos de cooperación económica y financiera, se firmaron ya el acuerdo de promoción y protección recíproca de inversiones y el acuerdo para evitar la doble imposición.
En el ámbito comercial hay que destacar la mejora del saldo positivo para España, siendo el monto exportador español a Polonia en el 2001 de 1.157 millones de euros, incrementándose las exportaciones un 15%, y una cifra de importación que ronda los 783 millones de euros. Polonia se sitúa como principal destino de las exportaciones españolas en Europa Central, caracterizado por su doble condición de país emergente y futuro socio de la Unión Europea.
En el ámbito de las inversiones españolas en Polonia, éstas han experimentado desde 1998 un considerable empuje, situándose en términos acumulados desde 1989 en torno a los 380 millones de dólares a diciembre de 2001, siendo los principales inversores empresas como Acciona, con la compra de la polaca Mostostal Warszawa, la principal constructora de Varsovia; Ferrovial Agromán, con Budimex-Dromex; Campofrío, adquiriendo el control de Morliny-Ostroleka; Fagor, con la compra de Wrozamet, que fabrica electrodomésticos; Roca; EADS-CASA, con una participación mayoritaria en PZL-Okecie; Agrolimen, o Telepizza, entre otras.
Las empresas españolas deben estar muy pendientes del proceso de privatizaciones en curso, caso del sector energético o químico y diversas industrias pesadas, así como de los proyectos existentes en el ámbito de las infraestructuras -red ferroviaria, carreteras (2.500 km de autopistas que funcionarán en régimen de concesiones y licencias), en el ámbito de las altas tecnologías, etc.- que cuentan con el apoyo de organismos financieros multilaterales. En lo que respecta a las ayudas preadhesión para Polonia, éstas se han visto incrementadas en los últimos años, sobre todo en el ámbito del programa Phare, ISPA (Infraestructuras y medio ambiente) y Sapard (Desarrollo agrícola y rural).
Efectuadas estas reflexiones, podemos afirmar que Polonia se presenta como un extraordinario socio de España, no sólo a nivel bilateral como futuro miembro de la UE, sino también como plataforma de acceso a terceros mercados en la zona, socios tradicionales de Polonia durante el siglo pasado.