Argentina rechaza la petición del FMI de una subida de impuestos
El presidente argentino, Eduardo Duhalde, afirmó ayer que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se está demorando porque este organismo 'insiste en reclamar un aumento de impuestos' que su Gobierno 'no está dispuesto a conceder'.
Duhalde recordó que la decisión de aceptar una exigencia similar del Fondo, en enero de 2000, fue 'el error que comenzó la debacle' del Gobierno del ex presidente Fernando de la Rúa, quien fue derrocado por un movimiento popular en diciembre del año pasado.
Por otra parte, el secretario de Finanzas y negociador directo con el FMI, Guillermo Nielsen, dijo a periodistas argentinos que Argentina 'no va a firmar un acuerdo que no se pueda cumplir'. Además de un incremento de impuestos para aumentar el superávit fiscal y poder pagar la deuda externa, el Fondo reclama a Buenos Aires otras medidas impopulares que el Gobierno no cree posible imponer.
Entre esas exigencias se halla una petición para que se disponga un incremento de entre el 20% y el 30% en las tarifas de los servicios públicos privatizados. Las empresas concesionarias reclaman porcentajes de aumento mayores. Fuentes del Ministerio de Economía han dicho que el titular de esa cartera, Roberto Lavagna, no está dispuesto a conceder una subida superior al 10%.
Un tercer punto de seria diferencia entre Lavagna y el Fondo es la política de cambios. Mientras Washington, apoyado por las autoridades del Banco Central de Argentina, plantea que antes de fin de año se eliminen las restricciones para que el peso flote libremente; el ministro de Economía quiere esperar a ver qué ocurre con la situación de Brasil y con la campaña electoral local para los comicios del 30 de marzo.
El proceso electoral
Mientras tanto, el plan electoral ha entrado en un cono de sombra. La lucha interna dentro del principal partido del país, el peronismo, está al rojo vivo. Duhalde, que encabeza una línea interna poderosa, quiere impedir que el ex presidente Menem, que controla el consejo electoral del partido, se convierta en candidato a las elecciones presidenciales del 30 de marzo.
Los otros postulantes en liza coinciden con Duhalde en ese objetivo. Las elecciones internas de los partidos, previstas para el 15 de diciembre, están ahora en el aire. El presidente presiona al Congreso para que sea éste el que decida todo sobre los plazos electorales. La división del peronismo pone en peligro todo el proceso.