Hutchison 3G estrena el nuevo móvil en Reino Unido
Era de esperar que el estreno de la tercera generación de telefonía móvil se hiciera por todo lo alto. No en vano las operadoras británicas desembolsaron conjuntamente nada menos que 22.000 millones de libras (35.000 millones de euros) por las licencias de esta tecnología, que promete una nueva era en las comunicaciones, con todo tipo de futuristas aplicaciones multimedia. Pero no hubo campañas multimillonarias ni mensajes pomposos en el inicio del rodaje de esta tecnología por parte de Hutchison 3G, la pasada semana en Reino Unido.
Hutchison 3G ha empezado las pruebas de su telefonía multimedia casi a hurtadillas y ha repartido 500 terminales entre 'amigos de la compañía' para que prueben la calidad de los servicios, entre ellos, transmisión de vídeos de la Liga inglesa de fútbol -la firma logró los derechos de transmisión para móviles el pasado año-, videoconferencias persona a persona, noticias, información financiera y juegos de alta resolución. También ofrecerá algunos contenidos de la BBC y de la editorial Emap.
El conglomerado de compañías Hutchison Whampoa, con sede central en Hong Kong, propietario al 100% de Hutchison 3G, su filial británica, posee licencias para operar en tercera generación de móviles en Austria, Italia, Suecia y Reino Unido y sus inversiones mundiales en esta tecnología rondan los 17.000 millones de euros.
'No son teléfonos, sino potentes herramientas multimedia que se orientan tanto a la vista como al oído', señaló el portavoz de Hutchison 3G, Edward Brewster. 'La tercera generación combina dos de las más potentes herramientas en tecnología de consumo de la historia, Internet y la telefonía móvil'.
Cautelas
Según Brewster, la cautela en el inicio de las pruebas del servicio se debe a que todavía hay problemas que resolver. 'No vamos a hacer un gran lanzamiento este año, iremos por etapas y con mucha prudencia'.
Y es que después de los excesos cometidos en la fiebre de las telecomunicaciones y de las multimillonarias licencias, ya nadie quiere correr riesgos. Y menos con una tecnología cuyo lanzamiento no para de posponerse. Las operadoras hablan de seductoras aplicaciones multimedia, como transmisión de datos a gran velocidad, correo electrónico, descarga de ficheros, imágenes, sonido, Internet, telebanca y videoconferencia, pero tienen dudas sobre la aceptación que va a tener la nueva telefonía y no saben si los usuarios están dispuestos a pagar más por esas innovaciones.