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Ramón Aguirre

'Queremos dar una salida empresarial a miles de excluidos'

Presidente del ICO desde julio de 2000, Ramón Aguirre, ha sido uno de los más entusiastas impulsores del programa de microcréditos de la institución financiera del Estado. Una iniciativa novedosa en España de cuyo éxito está plenamente convencido y que espera, además, que sirva de referencia a otras entidades.

Pregunta. ¿Cómo y por qué una institución financiera como el ICO apuesta ahora por el microcrédito?

Respuesta. En el ICO creemos que es nuestro deber, como institución pública, prestar apoyo financiero a las iniciativas que favorezcan la aparición de emprendedores, ya que de ello depende la salud de nuestra economía. Para responder a esta necesidad el mecanismo que hemos puesto en marcha es el microcrédito. Una herramienta nueva, que nació en la década de los ochenta, y cuyo principio es muy simple: dado que existen colectivos que tienen dificultades para encontrar trabajo, démosles un instrumento que les permita autoemplearse. Así, encontraremos una salida para miles de personas excluidas, y además estaremos fomentando una mayor actividad económica, mediante la creación de microempresas. Con estas características no es difícil llegar a la conclusión de que esta figura puede y debe ser incorporada a nuestro sistema financiero.

P. ¿Se trata, entonces, de un instrumento socializador y solidario más que de un producto meramente financiero al uso?

R. El microcrédito tiene unas características que lo hacen peculiar y que, efectivamente, lo distinguen claramente de otros instrumentos financieros. La primera peculiaridad es que los beneficiarios de estos créditos son aquellos que habitualmente no tienen acceso al crédito, es decir, mujeres desempleadas, inmigrantes, parados de larga duración, mayores de 45 años, hogares monoparentales, discapacitados, etc. Esto nos lleva a una segunda característica; se trata de un instrumento socializador, puesto que integra en la actividad normal de la sociedad a colectivos que hasta entonces se mantenían al margen de la socialización.

P. ¿Hablamos, entonces, de favorecer la integración social a través de un proyecto empresarial?

R. La persona que obtiene un microcrédito pasa inmediatamente a ser registrado en el banco, se le abre una cuenta, se convierte en empresario autónomo, con un número de afiliación a la Seguridad Social, es decir, deja de operar al margen del mercado para integrarse en él. En definitiva, lo que pretendemos es dar una salida empresarial a miles de excluidos.

P. Y, dado los colectivos a los que se dirige, ¿no existe un elevado riesgo de morosidad y de impagados?

R. Otra de las características del microcrédito, y tal vez la más sorprendente, es el bajísimo porcentaje de morosidad y fallidos que tiene este instrumento. Aunque aparentemente estos créditos parecen de difícil recuperación, por la falta de garantías de sus beneficiarios, la experiencia demuestra que la tasa de retorno de los microcréditos oscila entre el 96% y el 98%. Mucho más alta que la de los típicos préstamos a clientes que podríamos calificar como normales.

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