La economía china creció un 7,9% en los primeros nueve meses del año
El Producto Interior Bruto (PNB) chino ha experimentado un crecimiento del 7,9% en los nueve primeros meses del año, lo que representa un alza de 0,3 puntos porcentuales con respecto al año 2001, según ha informado la agencia oficial Xinhua.
"Los índices de crecimiento registrados en los tres primeros trimestres del año 2002 permiten pronosticar que la economía china se mantendrá con facilidad por encima del 7% a final de año", ha señalado Qiu Xiaohua, subdirector del Organismo Nacional de Estadísticas. A pesar de la difícil situación internacional, "la economía china ha mostrado una tendencia al alza, desde el 7,6% del primer trimestre, lo que certifica que la política económica adoptada por el Gobierno chino es la acertada", ha precisado.
"La inversión extranjera se ha disparado un 38,4% durante los nueve primeros meses de 2002, con lo que es probable que a finales de año superemos los 50.000 millones de dólares", aseguró el funcionario chino. El Gobierno chino ha aprobado "el establecimiento de 24.771 nuevas empresas extranjeras entre enero y septiembre de este año, lo que representa un alza del 33,6% en comparación con el año 2001", ha añadido. Además, "el superávit comercial ascendió un 49,4%, o 6.600 millones de dólares. Las exportaciones a Estados Unidos aumentaron un 24,5%, a la Unión Europea un 13,8 y a Japón un 4,9%".
Para Qiu, la clave de los buenos resultados de la economía china estriba en "las políticas expansionistas emprendidas por el Gobierno, que hacen hincapié en el incremento de la demanda, variante más débil en la ecuación de crecimiento de la economía china". Con todo, no todas han sido buenas noticias para la economía china, ya que, Qiu desveló que "la presión deflacionaria se ha incrementado, con una caída de los precios del 0,8% entre enero y septiembre".
El ingreso en la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha provocado un incremento notable de las inversiones extranjeras, al tiempo que ha desencadenado un inevitable proceso de reestructuración del sector público, acompañado de expedientes de regulación de empleo, germen de descontento entre la clase trabajadora.