Agroláchar mima los cultivos ecológicos
Las sinfonías de Beethoven, Mozart o Vivaldi se han convertido en la mejor medicina para el estrés que sufren los tomates cherry de Agroláchar, una pequeña pero imaginativa cooperativa de Láchar. En este pueblo de la vega granadina, 20 kilómetros al oeste de la capital, los pequeños tomates cherry crecen tranquilos mientras la música clásica suena por los altavoces instalados en el invernadero, ante la estupefacción de los lugareños que pasan por allí.
'El tomate cherry suele padecer una enfermedad, que denominamos estrés, que hace crecer desorbitadamente la planta, mientras el fruto, el tomate, apenas se desarrolla', explica el gerente, Nicolás Chica. 'Sabíamos de la aplicación de la música clásica en granjas animales y por eso probamos con el tomate. Instalamos un equipo de música con altavoces en uno de los invernaderos y hemos comprobado cómo han crecido mucho mejor que en el invernadero de al lado', asegura. 'Este invierno lo aplicaremos también al espárrago, igualmente bajo invernadero, a ver qué tal', dice el directivo.
La utilización de la música en los cultivos es una más de las creativas ideas puestas en marcha por Agroláchar, que ha hecho de la imaginación uno de sus principales activos, la mayoría de las veces por pura necesidad.
Vacaciones pagadas
Así pasó a principios de este año, cuando se acercaba la campaña de recogida del espárrago y la cooperativa no encontraba mano de obra. 'Intentamos buscar inmigrantes, pero al no tener los papeles en regla, no podíamos contratarlos', cuenta Nicolás Chica. La campaña comenzaba y Agroláchar apenas disponía de 40 temporeros, cuando necesitaba al menos 150. 'Así que se nos ocurrió ofrecer un incentivo para atraer trabajadores: premiar, bajo sorteo, a ocho personas, de entre las que permanecieran los cuatro o cinco meses de campaña, con unas vacaciones pagadas en Mallorca ', afirma.
Y los resultados superaron cualquier previsión. 'Recibimos más de 2.000 solicitudes de toda España, desde jóvenes estudiantes a parados o inmigrantes legalizados'. La cooperativa ha solucionado así su problema de mano de obra.
'Con las solicitudes hemos hecho una base de datos que nos servirá para las próximas campañas, tanto de espárragos como de otros productos. Y mantendremos el premio de las vacaciones pagadas', dice Chica.
Agroláchar fue creada en 1996 por un grupo de agricultores de la localidad interesados por el espárrago verde, que en esos años despuntaba en Huétor-Tájar, a escasos kilómetros de Láchar. 'A los pocos años decidimos comprar maquinaria e instalaciones para procesar el espárrago nosotros mismos, en lugar de llevarlo a Huétor-Tájar, como veníamos haciendo', rememora el gerente. 'Hicimos una inversión de 1,5 millones de euros, pero muchos agricultores se echaron atrás y la cooperativa pasó de 150 a 70 socios', dice Chica. Para rentabilizar la inversión, Agroláchar empezó a introducir otros productos y apostó por la conserva, ya que 'la venta en fresco no resultaba rentable por las fuertes oscilaciones de precios', indica.
Y los directivos de la cooperativa empezaron a echarle imaginación. Desde que hace tres años iniciaran la conserva de espárrago, Agroláchar ha ido inventando nuevos productos, como cremas de calabacín, bolitas de melón en almíbar, tomate cherry pelado y envasado con diferentes aromas o lo último, el pan de espárragos. 'Se trata de diferenciarse en el mercado con productos innovadores y ecológicos que se exportan muy bien', afirma el directivo. De esta forma, la empresa ha recuperado cooperativistas, se acerca a los 200 socios y prevé incrementar notablemente los apenas 2,5 millones de euros facturados en 2001.
Su última apuesta es la venta directa al consumidor. 'Vamos a montar una tienda en Granada para eliminar intermediarios que, si funciona, extenderemos a otras ciudades', afirma.