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Dirigir con el código en la mano

Toda empresa que se precie debe regirse por manuales de buen gobierno o implantar acciones sociales. Todo vale para demostrar comportamientos éticos

Se imponen los códigos dentro de las empresas. De buena conducta, de reputación corporativa, de desarrollo sostenible, de acción social... En definitiva, todo aquello que tenga relación con comportamientos éticos y solidarios. Según el profesor de Finanzas y Gobierno Corporativo del Instituto de Empresa Tomás Garicano, lo importante de todo este tema es si las normas de estos códigos tienen que ser obligatorias. 'Si es de aplicación voluntaria se aplican cosméticamente, pero creo que una buena parte deberían ser obligatorias, si no se corre el riesgo de que se queden en simple palabrería', añade. Como obligatoriedad puede ser la separación de la figura del presidente de la compañía de la del consejero delegado. 'Demasiada acumulación de poder no es buena. El consejero delegado debe ser el supervisor; no puede ser juez y parte. Las empresas no deben tener consejos dominados por personas que acumulan demasiado poder'. Otro detalle a tener en cuenta, según Garicano, es la retribución, 'pagar mucho es malo porque se pierde independencia'.

El Instituto de Empresa junto a un grupo de directivos de empresas ha creado un documento con una serie de recomendaciones para el buen gobierno corporativo. El Círculo de Empresarios tiene previsto publicar en breve un documento similar. 'Es triste que todo esto tenga que nacer tras los escándalos financieros, pero el objetivo es que las empresas se doten de órganos de control', señala el profesor del Instituto de Empresa. Y añade que la tragedia es que todo esté bajo sospecha, 'pero no todo es un escándalo'.

El directivo de la empresa de consultoría y búsqueda de directivos Spencer Stuart Luis Ferrándiz explica que detrás de todo código de buen gobierno de las empresas se encierra el comportamiento ético de las personas. 'La ley siempre es transgredible si no se aplica con el sentido ético. Si se escribe y no se cumple, entonces no tiene sentido. Lo que ocurre, en estos momentos, es que la ambición es mayor y la información llega de manera más rápida', añade Ferrándiz.

Otro motivo de preocupación dentro de las empresas es la responsabilidad social. Este tema fue objeto de debate en una reunión celebrada esta semana en la sede de Cinco Días, organizada por Adecco, y a la que asistió un grupo de ejecutivos de empresas. Para el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, la responsabilidad social está cobrando firmeza desde hace unos años. 'Abarca diversos ámbitos, desde temas medioambientales, filantrópicos y sociales. Son todo conceptos nuevos, como el buen gobierno de las empresas, que se vincula a su funcionamiento interno más que a responsabilidad o acciones sociales', agregó Mesonero. Añadió, además, que establecer una regulación que imponga nuevas obligaciones a las compañías no es positivo. 'Habrá algunas que puedan destinar recursos a estas acciones y otras que no puedan', explicó.

En opinión del director técnico de la Fundación Vodafone, Rafael Lamas, el problema de la responsabilidad social es que son difíciles de valorar los resultados económicos que genera esa acción social, 'pero sí se puede medir en imagen y en prestigio'. El director de filantropía de Hewlett-Packard, Damián Paredes, indica que la acción social debe formar parte de la estrategia de la compañía. 'Tiene como ventaja que se crea una cultura de empresa y favorece el sentido de pertenencia a una compañía. Por tanto, debería formar parte del plan estratégico'.

En opinión del director general de la Fundación Telefónica, Fernando Villalonga, en Europa no funciona la responsabilidad de las empresas de igual forma que la responsabilidad social del individuo. Y entiende como responsabilidad el hecho de tratar bien a los empleados o cuidar el medio ambiente. También añadió que el Estado no puede obligar a las compañías a emprender acciones de acción social. 'Todo esto debe ser voluntario, ya que la mayoría de las veces se persigue dar sensación de solidaridad dentro de la empresa'.

El director de recursos humanos de Seguros Santa Lucía, José María Martín González, se mostró a favor, durante la reunión sobre responsabilidad social, de una normativa que exija a las empresas planes de acción social. 'A algunos no les llega las cosas si no es por decreto. Muchos lo hacen por una cuestión de imagen y, en algunos casos, para captar clientes. La acción social se utiliza publicitariamente y para captar consumidores', explicó durante su intervención. El director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, señaló que la acción social hay que impulsarla a través del convencimiento.

Corregir equivocaciones

'El reto diario no es trabajar sin cometer equivocaciones sino cómo resolverlas'. Lo dijo Georges Ugeux, vicepresidente ejecutivo de asuntos internacionales de la Bolsa de Nueva York. Ugeux hablaba en pasado de los escándalos de Enron, Worldcom, Global Crossing y otras tantas empresas que en el último año han dado a la clase empresarial tantas lecciones de lo que no se debe hacer, informa Ana B. Nieto desde Nueva York. El reverso positivo lo introducía al presentar oficialmente en el parqué estadounidense a Francisco González, presidente del BBVA, quien traía bajo el brazo su nuevo código de buen gobierno. González se refirió en más de tres ocasiones a la ética como 'valor rentable y no sólo deseable'. Y en el escenario de tanta desconfianza empresarial habló de los límites de la codicia, unos límites que en EE UU están empezando a perfilarse a golpe de escándalo y, últimamente, tribunales. Según González, la codicia 'es buena siempre y cuando no se transgreda la ley con ella y se pueda leer lo que se publica de uno al día siguiente en los periódicos'.

Con estas ideas en mente se ha dado forma al código de buen gobierno de la entidad, una serie de reglas que dificultan la transgresión de las leyes y hubiera ayudado al banco a ahorrarse los escándalos judiciales de las cuentas secretas, 'aunque es imposible luego hablar de las conductas individuales de cada individuo'. González se mostró partidario de 'establecer un solo estándar internacional en materia de gobierno corporativo', por obra de la globalización y de la misma manera que se ha avanzado mucho 'en la armonización de las prácticas contables'.

Gema Giner: 'La responsabilidad es de todos'

 

Según explicó durante su intervención en la reunión sobre responsabilidad social, organizada por Adecco, la directora de responsabilidad social de Unión Fenosa, Gema Giner, es necesario pedir responsabilidad a todas las empresas por igual.

 

 

 

 

 

 

 

'No sólo a las grandes empresas. No creo que haya que devolver a la sociedad lo que nos da porque las empresas ya generan en sí mismas unos beneficios sobre la sociedad'. Y explicó que parece que las empresas son los grandes 'cocos del mundo'.

 

 

 

Giner apuntó, además, que existen pequeñas y medianas empresas, el 85% del tejido empresarial de España, se preguntan la manera de entrar y de emprender nuevos planes relacionados con la responsabilidad social. 'Y no saben cómo hacerlo, no existe información o no saben los procedimientos para desarrollar estos planes de acción social', explicó Giner.

 

 

 

Otra de sus preocupaciones, en este sentido, es que se pueda sufrir una fragmentación y que 'sólo las grandes empresas pueden ser responsables socialmente y otras no puedan serlo'.

Marta Fontcuberta: 'Las leyes cambian los hábitos'

 

La directora de publicidad e imagen de Caja Madrid, Marta Fontcuberta, señaló, durante el desayuno celebrado en el diario Cinco Días, sobre la responsabilidad social en las empresas, que desde la entidad financiera en la que trabaja destinan un 25% de los beneficios a fines sociales. 'Nosotros por ley tenemos que contribuir a la acción social, pero además tenemos un reto complicado, que es la de mantener la acción social con la rentabilidad de la compañía', explicó.

 

 

 

 

 

 

 

Señaló además que es necesario que exista una normativa que exija a las empresas destinar una parte de sus beneficios a programas de acción social. 'Las leyes cambian hábitos. La fuerza de la ley es restrictiva, pero provocaría una acción social mucho más homogénea', añadió Fontcuberta.

 

 

 

En cuanto al ejemplo de Caja Madrid, señaló que el lema de la compañía se rige por unos principios que lo dicen todo: 'Nuestro lema es nuestro beneficio es el suyo. Esto nos exige ser competitivos porque la competitividad de los productos financieros hoy día es brutal. Tenemos que buscar, además lo mejor para nuestros clientes'.

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