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La última

Las multinacionales cortejan a China

Tras los contactos entre el presidente chino, Jiang Zemin, y el gurú estadounidense de la informática Bill Gates, otros pesos pesados del mundo de las tecnologías de la información no han querido ser menos. Hace dos semanas fue Christopher Galvin, presidente y consejero delegado de Motorola, quien pasó y posó por los centros de decisión de Pekín para presentar los poderes de una compañía cuyos productos ocupan un lugar destacado en las tiendas de electrónica de Pekín. Durante su entrevista Jiang alabó los logros de Motorola en China y mostró su interés en que incremente la cooperación. El pasado viernes, le tocó el turno IBM. Con los mismos términos protocolarios, y acompañados de sendas tazas de té, el mandatario chino y Louis Gerstner, presidente del gigante azul, remarcaron su interés por aumentar la colaboración entre las empresas de los dos países y aprovechar las oportunidades que abre la incorporación del país asiático a la Organización Mundial del Comercio). Las telecomunicaciones y la electrónica integran junto con la automoción, el textil, la química y la siderurgia, los motores de la economía china. Entre los cinco sectores suponen más de la mitad de la producción industrial, que en los ocho primeros meses del año creció un 12%, hasta los 249.000 millones de euros. Según el FMI, la economía del llamado Imperio del Centro crecerá un 7,5% este año, frente al 7% previsto en abril.

Los directivos de las grandes multinacionales saben que en China el contacto humano es clave a la hora de hacer negocios, y si éste se realiza al más alto nivel, el paso cobra la máxima importancia. Las comidas de negocios son fundamentales y las relaciones, la llave de muchas operaciones. Y por ello, sus ejecutivos no dudan a la hora de presentar sus credenciales a los órganos de poder.

Durante el encuentro, Jiang dijo a Gerstner que 'los contactos y la cooperación están en línea con los intereses de los ciudadanos de los dos países', una posición que ocupará un lugar destacado en el encuentro que el líder chino celebrará a finales de octubre con el presidente estadounidense, George W. Bush, en su rancho de Crawford (Tejas).

EE UU y China mantienen relaciones económicas privilegiadas, y cuando hablan de política, la economía ocupa un lugar destacado entre bambalinas. Y ahí es donde juegan directivos como Gates, Calvin o Gerstner. Los intercambios comerciales entre los dos países crecieron un 13,8% entre enero y julio de este año, hasta 51.031 millones de dólares, gracias a las exportaciones chinas, que subieron un 21,3%, hasta 36.299 millones. Las importaciones, sin embargo, cayeron un 1,2%.

EE UU tiene camino que recorrer. Como Jiang. Porque el líder chino quiere tener un papel activo en el extranjero tras la prevista cesión de la secretaría general del partido en el XVI Congreso del Partido Comunista que se celebrará a partir del 8 de noviembre y de la presidencia en marzo.

Aseguran que mientras los mandatarios que pasan a la reserva viajan en raras ocasiones al extranjero, Jiang, de 76 años, quiere impulsar su presencia en la escena internacional.

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