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Análisis

Seguros, el sector proscrito

Hace ahora algo más de un año que se comenzaron a realizar las primeras estimaciones sobre cuál sería el coste total al que se exponían las aseguradoras después de los atentados del 11 de septiembre.

En aquel momento nadie se hubiera atrevido a afirmar que la exposición de las principales y mayores compañías del sector (que, por otra parte, no terminaba de incrementarse para, finalmente, alcanzar la cifra de los 30.000 millones de dólares, algo más de 5 billones de nuestras antiguas pesetas) era en absoluto reducida.

Sin embargo, a la vista de los acontecimientos, la repercusión del desastre del 11-S comienza a antojárse si bien no anecdótica, si limitada.

Las cesiones del sector seguros a lo largo del ejercicio se han visto reforzadas en las últimas sesiones con aún más retrocesos como consecuencia directa no ya de los riesgos a los que tradicionalmente se encuentran expuestas las aseguradoras, sino como reflejo de la crisis por la que atraviesan los mercados financieros.

Las caídas en las bolsas esta teniendo un efecto negativo en sus balances, derivado de las elevadas carteras de valores que mantienen las compañías, a lo que hay que añadir la fuerte retirada de fondos que los partícipes en Instrumentos de Inversión Colectiva (Unit Linked, Fondos de Inversión, etc.) han venido efectuando a lo largo del presente ejercicio, debilitando otro de los hasta ahora puntos fuertes de las entidades aseguradoras.

En este terreno, la caída en la capitalización del mercado en su conjunto, se refleja en una depreciación de más de 100.000 millones de euros en las carteras de las aseguradoras.

Situación que, por otra parte, no tiene visos de mejorar de manera clara en el corto plazo, lo que está forzando a algunas compañías a tomar decisiones ciertamente drásticas, que en el caso de Swiss Life, Zurich Financial y Aegon se concretan la ampliación de sus capitales, lo que ha derivado en nuevas caídas en la cotización y un notable aumento de la probabilidad de que el resto del sector tenga que hacer lo propio.

Además, y por si la situación a la que se enfrenta el sector no fuera suficientemente complicada, las pérdidas por las recientes inundaciones en Alemania, Austria y República Checa podrían superar con creces los 500 millones de euros, por encima de las previsiones de mercado y de nuevo dando más motivos a los inversores para alejarse de un sector ya de por sí proscrito en los últimos meses.

A este respecto, la volatilidad del mercado en su conjunto (cercana al 40%) y la del sector (superior al 50%) en los últimos tres meses, junto con la incertidumbre provocada por elementos no cuantificables tales como la posibilidad de nuevos atentados, o desastres naturales, han hecho que el mercado eleve la prima de riesgo para el sector de manera alarmante.

A pesar de la fuerte disminución de su capitalización en los últimos años y del hecho de que las pérdidas en el ejercicio son cercanas al 50% en términos de precios, mantenemos la recomendación de mantenernos fuera el sector en el corto plazo, permaneciendo atentos a las oportunidades que la eventual recuperación del mercado plantearía y a potenciales movimientos de concentración, con Allianz (que exhibe una ratio de Precio / Valor Contable inferior a uno) como principal candidato a recibir una oferta de compra.

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