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Aumento

La presión fiscal se mantiene en torno al 35% del PIB

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dio ayer a conocer los datos definitivos de la presión fiscal (ingresos tributarios en porcentaje de PIB) correspondiente al año 2001.

En 2000, la presión fiscal representaba el 35,71% del PIB. Un ejercicio más tarde ha reducido su crecimiento, aunque apenas ha descendido una décima, hasta situarse en el 35,6%. Desde el año 1995, la presión fiscal general (que mide el total de los ingresos fiscales e incluye las cotizaciones sociales sobre el PIB) ha aumentado en más de dos puntos porcentuales, en parte por el incremento paulatino en la fiscalidad de impuestos indirectos y en parte por la mayor actividad económica, que ha generado una mayor recaudación. Falta por conocer la estimación de la previsión fiscal para 2003, que ayer no fue facilitada por Montoro, a diferencia de lo ocurrido años anteriores. Tampoco se conoce el reparto de la presión fiscal por impuestos.

Lo que sí dio a conocer ayer el titular de Hacienda es la previsión de liquidación de ingresos de este año. Según el Gobierno, se recaudarán un total de 104.952 millones de euros, 4.000 millones menos de lo presupuestado, debido al menor crecimiento económico sobre el esperado (en los Presupuestos para 2002 se preveía un crecimiento del PIB del 2,9%). Por IRPF se recaudarán 32.464 millones de euros en 2002, 1.500 millones menos. Por IVA, 24.976 millones, 5,300 millones menos. Por el impuesto de sociedades 19.703 millones, casi mil millones más.

El IVA es el tributo que mayor aumento registrará, con una tasa del 8,4%

El total de ingresos no financieros del Estado previsto para 2003 asciende a 105.696 millones de euros, lo que representa un aumento del 0,7% respecto a la recaudación estimada para 2002. De nuevo, y tal y como ya ocurriera el pasado año al presentar las cuentas de 2002, este moderado incremento de la recaudación se explica por el mayor peso de la participación de las comunidades autónomas en la recaudación total tras la puesta en marcha del nuevo sistema de financiación autonómica aprobado en julio pasado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Así, si se utiliza un criterio de homogeneidad que elimine el efecto del nuevo sistema de financiación, los ingresos impositivos crecerían en 2003 un 5,5% (1,7 puntos menos que en 2002), pero con un comportamiento sensiblemente distinto de sus dos grandes componentes.

Por una parte, los impuestos directos crecerán modestamente a una tasa del 4%, mientras que el incremento de los indirectos se recuperará hasta el 7,4%, más acorde con la senda prevista de moderada recuperación de la demanda interna, favorecida por el impulso sobre la actividad que aportará la nueva reforma fiscal y ante la ausencia de cambios normativos relevantes. El resto de ingresos descenderá un 6,9%, por lo que el aumento del total de ingresos no financieros será de un 4,3%, casi igual al incremento calculado para este año en los mismos términos.

El menor crecimiento que experimentará la imposición directa el próximo año es el resultado final de dos fuerzas de signo contrario: de un lado la menor recaudación está relacionada directamente con la reforma parcial del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) que comenzará a aplicarse desde el próximo 1 de enero; por otro lado, la expansión de las bases imponibles que se contempla como consecuencia del escenario de recuperación económica en el que se enmarca este presupuesto, favorecido además por la transferencia de renta disponible del Estado a las familias que conlleva la citada reforma del IRPF.

Así, la reducción de retenciones que se producirá a partir de enero supondrá una inyección de renta disponible a las familias de igual cuantía, lo que constituirá un factor dinamizador de la actividad, el empleo y el ahorro en la fase inicial de la recuperación económica, originando ingresos adicionales en los impuestos que gravan las rentas del trabajo y del capital (el propio IRPF), los beneficios (a través del impuesto de sociedades) y el gasto (IVA e impuestos especiales, principalmente).

El coste recaudatorio de la reforma fiscal es la causa principal de que el crecimiento de los ingresos previstos por IRPF se reduzca al 2,7% desde el 7,6% estimado para este ejercicio. Esta desaceleración es compatible con una ligera recuperación del crecimiento de la base imponible del impuesto. Así, para las rentas del trabajo, se espera una subida del 6,9%, medio punto superior a la que se estima para este año. También se espera una recuperación de las rentas del capital, tras la negativa evolución de las mismas durante este ejercicio. Pese al impacto de la reforma, el IRPF continuará siendo el próximo año el tributo de mayor poder recaudatorio y también el que, una vez deducidas las participaciones de las comunidades autónomas, aportará más recursos al presupuesto. En cuanto a la recaudación de Sociedades, el incremento será del 7%. Pese a que esa progresión es claramente inferior al 14,5% estimado para este año, el cálculo se ha hecho en el marco de la recuperación de los beneficios empresariales y teniendo en cuenta que los efectos de la nueva normativa sobre reinversión de plusvalías serán menores el año próximo.

El IVA seguirá siendo en 2003 el segundo impuesto en cuanto a recaudación total, pese a la merma asociada a la participación cedida a las regiones, y el tributo que mejor comportamiento registrará en 2003 con un aumento en su recaudación del 8,4%.

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