Ikea monta su propia red de trenes en Europa
El principal minorista de mobiliario para el hogar ha creado una red ferroviaria propia, integrada en la empresa Ikea Rail, para transportar sus productos. La multinacional sueca gestiona, desde junio, sus trenes de carga entre diferentes estaciones de Suecia y Alemania tras firmar acuerdos con tres compañías europeas -la danesa Banestyrelsen, la alemana DB Netz y la sueca Banverket-.
La empresa asegura que le resulta más eficiente operar con vagones propios porque muchos de sus productos son pesados y voluminosos. En una segunda etapa, planea extender este servicio a Italia y Polonia y duplicar el transporte de bienes por ferrocarril hasta el 40% en 2006. 'Habrá muchos problemas en las carreteras, en el futuro, con la congestión', asegura el director de Ferrocarriles de Ikea, Christer Baijbom.
En enero, la comisaria de Transportes de la UE, Loyola de Palacio, propuso autorizar a los operadores de trenes de carga el transporte de bienes a cualquier parte de la UE en 2006. Los servicios de carga podrían 'duplicarse fácilmente' en una década con una infraestructura más eficiente, según Hartmut Mehdorn, responsable de la firma ferroviaria Deutsche Bahn.
Una década después de que la UE acabara oficialmente con las barreras para la venta de bienes y servicios entre países, las fronteras siguen siendo un obstáculo para las empresas. Reflejo de ello es la situación de Jean Pierre Thiry, que lleva 10 años trabajando para la empresa ferroviaria nacional belga pero a quien una mezcla de normas europeas le impide conducir su tren fuera del país. 'Cuando llego a Luxemburgo o a la frontera holandesa, me bajo, tomo un café y llevo el siguiente tren de vuelta a Bruselas', resalta. La UE tiene 16 sistemas diferentes de señalización, tres anchos de vía y cinco voltajes. Como consecuencia, la proporción de carga transportada por tren se ha reducido a la mitad desde el 21% de 1970 y la que circula por carretera ha crecido hasta el 45% y repuntará hasta el 50% en 2010.
Loyola de Palacio pretende unificar las normas en 2004 con el objetivo de que el transporte ferroviario de carga se acerque a los niveles norteamericanos, donde el 40% del tráfico total de bienes se realiza por ferrocarril, frente al 8% europeo. La finalidad es aumentar la productividad y reducir la contaminación.
La Comisión destaca que 'los atascos y los retrasos en el 10% de las carreteras de la UE, en el 20% de la red ferroviaria y en un tercio de los vuelos restan un 1% a la producción económica'. La mayoría de los trenes de carga pierden como mínimo media hora en cada frontera intercambiando papeles, conductores y locomotoras, arrastrando la velocidad media a 18 kilómetros por hora.